Hablamos de la red social de fotografía con Raquel Herrera profesora del máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital, Datos y Nuevas Narrativas de la UOC y experta en redes sociales.
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En pocos años, se ha posicionado como la red social más popular, por encima incluso de Facebook, al llegar a más generaciones. Raquel Herrera profesora del máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital, Datos y Nuevas Narrativas de la UOC y experta en redes sociales explica las claves de su éxito, pero también sus limitaciones.
Instagram no solo sirve a nivel personal; la red social de fotografía por excelencia sirve para anunciarse, venderse, llegar a clientes, formar imagen de marca, etc. Es un filón para las empresas, un escaparate.
Una de las claves de Instagram es que llega a todos: está enfocada a jóvenes, pero también a gente que no es experta en fotografía, “hoy en día hay tantas aplicaciones y las cámaras de los móviles son cada vez mejores, que está al alcance de todos tener fotos de calidad y un buen perfil de Instagram.
Oportunidad para las empresas
Las redes sociales no nacieron con una vocación de publicidad y marketing, pero poco a poco se fueron transformando. “Ya Instagram ofrece soluciones a empresas de turismo, de moda, para todas esas en las que la imagen es muy importante”. Cuanto más pagas, mejores herramientas te aporta Istagram.
Nació para el móvil y con vocación hacia lo efímero (muestra de ello es el éxito de las “stories”). Pero se ha vuelto más complejo. Esto, de hecho, podría ser una de las pegas que se le pueden sacar a la aplicación, que con esta cultura de mirar y olvidar, a las empresas les cuesta fidelizar a los usuarios. También es cierto que Instagram permite segmentar y que las compañías se dirijan a su público objetivo, “pero una de las dificultades es acercarte a tus clientes sin resultar invasivo”. Escucha todos los detalles en nuestro podcast.