El Foco de Mercado Abierto lo podemos en Hollywood y en China porque, ojo, que está perdiendo fuelle el dinero que invertía hasta ahora la segunda economía del mundo en la meca del séptimo arte.
Hace una década, estábamos en máximos con más de la mitad del dinero que Hollywood ingresaba procedente del otro lado del Pacífico. Ahora, estamos en mínimos históricos.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Wanda o Tencent quisieron crecer al albur de la meca del séptimo arte en Estados Unidos, pero al Partido Comunista Chino no le parece bien y los millones se van perdiendo
Nos remontamos a 2019 cuando Tencent miró al éxito de taquilla con Top Gun: Maverick de la mano de los estudios de Skydance. Tencent es la de los videojuegos.
Líder mundial en el sector que retira la inversión ahora de los largometrajes de Estados Unidos a la espera de que se celebre el congreso del Partido Comunista Chino a finales de la semana que viene en la que el actual mandatario, Xi Jinping, espera hacer historia con un tercer mandato al frente de la potencia.
¿Cuál es el problema? Que en Top Gun: Maverick se glorifica el ejército estadounidense y eso al régimen asiático no le gusta. Decisión política, sí. Coste económico, también. A Tencent le costó que la quinta película más taquillera de Estados Unidos en lo que llevamos de año no le diera ningún rendimiento más allá de los 1.400 millones de dólares recaudados desde que en mayo se estrenara el largometraje en unas salas de cine donde todavía se reproducen los fotogramas protagonizados por Tom Cruise.
De momento, a pesar de haberse perdido parte del rally de beneficios, Tencent mantiene su participación en Skydance. Ojo porque es una de las ‘valientes’, de las pocas que permanece intacta al enfriamiento de las relaciones entre China y Hollywood tras la espantada de grandes grupos como AGBO, la productora dirigida por los hermanos Russo, el equipo detrás de los mayores éxitos de Marvel.
Porcentajes históricos
Durante meses, el audaz impulso de China en Hollywood fue un buen negocio para ambas partes. Las películas tenían el dinero que necesitaban para la producción cuando en Occidente no interesaba la cultura y ya, aprovechando, desarrollaban su propia propaganda de poder blanco. En 2012, el dinero chino empezó a llegar a Estados Unidos con una inversión de 2.700 millones de dólares, esto es el 37% de la inversión extranjera directa de China en los Estados Unidos.
Pero el pico llegó en 2016 cuando el montante total alcanzó los 4.800 millones de dólares en compañías de medios y entretenimiento de Estados Unidos. Lo dice un estudio independiente de la consultora Rhodium Group. La mayor parte de este dinero vino de Dalian Wanda - el de hasta hace unos meses estadio Metropolitano del Atlético de Madrid - que pagó 3.500 millones por la productora Legendary Entertainment.
Otros acuerdos que conocemos ahora incluyeron la inversión de 500 millones en Perfect World, la que pone en pie muchos de los largometrajes de Universal.
Sin embargo, el peso las chinas fue creciendo poco a poco hasta que los tentáculos se extendieron demasiado. De hecho, Wanda pagó 2.600 millones por la cadena de cines AMC en 2012 y su presidente llegó a decir que quería hacerse con uno de los grandes estudios de Hollywood. Lo intentó con Paramount, pero fracasó en su intento.
Caso que levantó la manta entre los reguladores chinos que empezaron a tirar de geopolítica para atar en corto a unas empresas que entre la retórica belicista de Donald Trump y el proteccionismo de Xi Jinping enfriaron el poder chino en Hollywood. La propaganda ya no es lo que era.