Hidrógeno verde: el gran reto energético de la movilidad en España
Los expertos están de acuerdo: el hidrógeno verde está llamado a ser el combustible de la transición energética y la descarbonización; el futuro de las energías renovables para los próximos 10 o 15 años. Y España tiene una oportunidad histórica para dar el salto, apostar fuerte por esta energía y liderar en Europa la economía del hidrógeno verde. Una oportunidad por la que apuestan fuertemente empresas pioneras y con una visión clara, como la andaluza Rolwind, que en 2020 inició dos ambiciosos proyectos de hidrógeno verde en Huelva y Cádiz, ambos enfocados a la industria. Pero esto es solo el principio del camino. El futuro de esta fuente de energía inagotable y 100% limpia está en la movilidad. Y esa es la meta de Rolwind.
A estas alturas, nadie duda de los múltiples beneficios que aporta el hidrógeno verde: es de origen renovable, no contamina y es una alternativa perfecta para todos los usos energéticos que no se pueden electrificar: industria, centrales eléctricas, coches, transporte pesado, barcos e incluso aviones. Pero además es un potente nicho de negocio: la demanda eléctrica se va a multiplicar de aquí a 2040. España, por ejemplo, va a pasar de 120 GW a más de 250 GW. Nuestra gran oportunidad es generar energía y venderla a Europa. De hecho, la ley de Cambio Climático y Transición Energética incluye una fuerte apuesta por esta energía y un proyecto de macro red de transporte de hidrógeno verde desde España al norte de Europa (Green Spider Project).
Hoy por hoy, esta incipiente energía abastece principalmente a la gran industria, un sector obligado a cambiar su huella de carbono si quiere evitar fuertes penalizaciones. Estas compañías son grandísimos consumidores de hidrógeno verde, que utilizan para alimentar sus fábricas y proporcionar combustible limpio a sus flotas de transporte pesado. De hecho, los proyectos de hidrógeno verde de Rolwind en el Polo Químico de Huelva y Campo de Gibraltar, en Cádiz (uno de los mayores proyectos de H2V en España con PPA renovable 100%) están precisamente enfocados a la industria. La razón, hoy por hoy, es que debido a la dificultad del transporte y almacenamiento del hidrógeno resulta más eficiente implementarlo lo más cerca posible de los grandes centros de consumo. Aunque también es un combustible más caro y menos rentable.
El gran negocio del hidrógeno verde: la movilidad
Así, el gran reto de este combustible revolucionario, y el gran negocio, es asociarlo a la movilidad. A todo el abanico de transportes: coches, camiones (desde los más pequeños a los de mayor tonelaje), transporte marítimo (flotas pesqueras, cruceros, cargueros) y la industria aeronáutica. Es ahí, en la movilidad, donde el H2V es verdaderamente rentable y donde Rolwind ha enfocado su apuesta de futuro. Un futuro que ha comenzado ya. El pasado año cerraron un acuerdo de negocio con ALSET Global, compañía de tecnología e ingeniería austriaca especializada desde hace 18 años en soluciones de movilidad limpia basada en el hidrógeno (es la empresa que está desarrollando el motor de hidrógeno de los nuevos Aston Martin Hybrid Hydrogen Rapid S).
El proyecto piloto de Rolwind con ALSET consiste en replicar en Córdoba lo que la compañía austriaca está haciendo en Chile: movilidad circular. Por ejemplo, una flota de camiones de la basura que se mueva por la ciudad y recarguen sus depósitos en una central generadora de H2V situada en la propia ciudad. Una energía más barata y más ecológica, sin necesidad de contar con una red de transporte de hidrógeno, entre ciudades o países, que todavía no es una realidad (se está estudiando la fórmula para utilizar en un futuro próximo las infraestructuras gasísticas actuales o crear una red paralela de hidroductos, aprovechando las servidumbres ya establecidas, que es en realidad lo más valioso).
Cambio de paradigma. La estrategia de Rolwind
Esta utilización del hidrógeno verde para la movilidad exige un cambio de paradigma, no solo de las infraestructuras o la industria, también de la mentalidad de gobiernos y sociedad. Porque para implementar esta energía, que además tiene origen renovable (verde), la producción energética en España va a tener que crecer exponencialmente. Un dato significativo: el total de energía que se produce en nuestro país (contando todas las energías: renovables, térmica, nuclear…) es de 150 GW; la energía renovable que se necesitará en España en procesos de electrolisis para abastecer el consumo interno del transporte pesado, camiones, autobuses, barcos, coches, etc. en su transformación a combustión de Hidrógeno sería de 250 GW adicionales.
El negocio es de tal envergadura, que países como Alemania ya están desarrollando plantas gigantescas en Australia para poder abastecer su demanda futura. Rolwind tampoco quiere quedarse atrás. Quiere ser pionera en España en el negocio del hidrógeno verde enfocado a la movilidad. Su estrategia es clara: adquirir experiencia, un importante know how a través de sus proyectos actuales en Huelva y Cádiz, y otros que están en estudio, y preparar el camino para el gran reto de la movilidad en los próximos años: primero la movilidad circular y posteriormente, con el expertise acumulado, lanzarse a la movilidad abierta, para todos los medios de transporte y sin limitaciones geográficas.
En definitiva, el hidrógeno verde ha llegado para quedarse. Y aunque todavía existe incertidumbre normativa y desconocimiento por parte del gran público, los gobiernos de España y la Unión Europea (otros países como Japón llevan años de adelanto) apuestan claramente por esta energía. Es el gran negocio que viene –que ya está aquí- y empresas pioneras como Rolwind estarán perfectamente preparadas para afrontar el desafío con solvencia, con experiencia y con visión de futuro. Y para abanderar en España este cambio de paradigma que se acerca a pasos agigantados.