Elon Musk no está solo en su ofensiva contra Twitter. Tiene amigos y amigos ricos. Desde Arabia Saudí hasta Londres con un ojo mirando a China y a las tecnológicas de Estados Unidos.
La gran incógnita de cómo iba a pagar el fundador de Tesla los 44.000 millones de dólares que le piden por la red social del pájaro azul, poco a poco, se va despejando.
De momento, el sudafricano tiene más de 7.000 millones de dólares de amigos que le ‘prestan’ este dinero para defender la libertad de expresión, pero ¿quiénes son estos multimillonarios que confían en una empresa que no lo da todo?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Un príncipe de Arabia Saudí, el cofundador de Oracle, Larry Ellison y el cofundador de Binance, Changpeng Zhao son algunos de los millonarios que comprometen la factura
La clave es una: confianza. Quien tiene una abultada billetera confirma en un empresario que ha llevado a una empresa que venía de la nada, Tesla, a serlo todo en el mercado, Elon Musk.
El sudafricano, eso lo tenemos claro desde que el pasado Jueves Santo anunciara una OPA hostil sobre la red social, nunca iba a tomar un camino convencional para la adquisición y pago de los 44.000 millones de dólares en los que valoró a la firma cuando se decidió por llevar a cabo la operación.
Primero, trató de persuadir a Wall Street para que lo respaldase con la suficiente deuda como para ganarse a la dirección de una firma que se ponía de perfil ante una adquisición y que, cuando vio que la amenaza se hacía latente, apostó por una ‘pastilla envenenada’ para acabar con el interés del mercado en Twitter.
Así las cosas, viendo que al principal mercado del mundo le daba un poco igual su particular guerra, apuesta por sus amigos (multimillonarios) para aumentar la parte en efectivo de su oferta y convencer a los accionistas de que lo conviertan en el rey de la principal “plaza pública digital” del mundo.
De momento, Elon Musk parece que los amigos, además de dejarle un colchón para dormir cada noche, le van a dejar algo de dinero con el que comprar Twitter. En concreto, le van a dar 7.140 millones de dólares. Son 19 los inversores que ya han dicho que le van a poner monedas a su ofensiva para cerrar una de las compras apalancadas más importantes de la historia del mercado.
De fondo, vuelve Tesla
Wall Street, Silicon Valley y las criptomonedas sostendrán a Elon Musk. El primero de los que van a colocar los dólares sobre la mesa es un viejo conocido de los tiempos en los que ambos se centraban en Tesla. Es el cofundador de Oracle y miembro de la junta de dirección de la automovilística, Larry Ellison, quien es el que más decidido estar por confiar en el empresario.
Ellison da 1.000 millones dólares. Larry, un excéntrico y visionario hombre del momento que vio, entre otras cosas, el potencial de TikTok antes que nadie y negoció como en la guerra una alianza que le valió una alianza para colaborar en Estados Unidos.
El de Oracle es el quinto hombre más rico del mundo. Forbes dice que tiene un patrimonio de 74.000 millones de dólares por su participación del 35,4% en la tecnológica que otrora dirigió con mano de hierro.
En 1977, con 2.000 dólares, Ellison y sus socios Bob Miner y Ed Oates fundaron una nueva empresa, Software Development Laboratories, y en 1982 se convirtió formalmente en Oracle Systems Corp. Oracle tuvo a IBM como uno de sus primeros grandes clientes, que integró su sistema en 1981 hasta convertirse hoy en la segunda compañía de software a nivel mundial.
En 2012, este magnate utilizó su dinero no para comprar Twitter sino para comprar una isla. La hawaiana de Lanai por 300 millones de dólares en las que ha levantado un spa de lujo y una granja para cultivar plantas.
El papel de Qatar y Arabia Saudita
Más allá del estadounidense, detrás de la operación están la firma de capital riesgo, Sequoia Capital que ha comprometido 800 millones de dólares, el fondo soberano de Qatar y un príncipe de Arabia Saudí.
Qatar dará 300 millones de dólares y Al Waleed Bin Talal, un príncipe más en Riad y fundador de uno de los principales fondos de inversión del régimen, pondrá 35 millones de acciones de Twitter en el vehículo inversores que se hará con la compañía. Esto son, unos 1.900 millones de dólares.
Y la posición del saudita es más que curiosa porque era uno de los máximos accionistas de Twitter antes de todo este terremoto y, de hecho, en un primer momento se mostró contrario a la adquisición porque, decía, no se adecuaba el precio ofrecido a lo que él consideraba que valía la empresa. Pero esto ha cambiado al albur de los rumores de un cambio en la política de libertad de expresión de la compañía.
Este príncipe es, otro más, uno de los hombres más ricos del planeta. Fortuna estimada de 18.700 millones de dólares, según Forbes aunque Bloomberg rebaja la estimación a los 16.900 millones. A pesar de todo, bien es verdad que, de momento, no se conoce con exactitud a cuánto puede ascender su imperio financiero.
Es propietario de títulos en empresas de Estados Unidos, Europa y Oriente Medio a través de su firma de inversiones Kingdom Holding, de la cual un 5% transita en la bolsa saudita.
Su cartera de inversiones incluye empresas como Apple, Twitter, Lyft, General Motors, Citygroup, 21st Century Fox, la cadena de hoteles Four Seasons, el hotel George V en París y el hotel Savoy en Londres, además de inversiones inmobiliarias y en la televisión satélite del mundo árabe.
Con esas credenciales el personaje parecía intocable, hasta que en la noche del sábado 4 del noviembre fue arrestado junto a otros 10 príncipes, ministros y exministros, empresarios y más de 300 personas.
Y luego están las criptomonedas. El nuevo activo por excelencia que junto a Binance, su mayor Exchange, apuesta 500 millones de dólares al pacto. Lo hace Changpeng Zhao, director ejecutivo con una fortuna estimada de 65.000 millones de dólares, el decimonoveno hombre más rico del mundo.
‘Cheque en blanco’ este que se ofrece a Elon Musk. Cheque con confianza ciega en que sus planes salgan adelante porque, todos coinciden en lo mismo, el sudafricano es uno de los hombres más inteligentes del mundo y Twitter su nuevo juguete en el mercado.