La lentitud en la normalización de los tipos de interés y la falta de avances en el proceso de privatización pasan factura a las acciones de Bankia. El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, reconoce que la cotización sufre presiones durante 2017 pero explica que “el mercado espera a lo que los banqueros llaman eventos de liquidez” y cuando lleguen “reaccionará positivamente”. Además, los mercados conocen que el FROB “tiene el mandato de privatizar el 100% de Bankia antes del 31 de diciembre de 2019” y la volatilidad por la crisis política se ha reducido: “La resaca por los acontecimientos en Cataluña es prácticamente cero”.
Cuando se cumplen cinco años desde que el banquero presentara el plan de restructuración de Bankia ante los 300 directivos de la entidad, Goirigolzarri reconoce que lo pasó muy mal y asegura que fue “la reunión más dura” de su carrera profesional. En un contexto plagado de retos para el sector financiero en general, que pasan por la búsqueda de la rentabilidad en un entorno de tipos de interés negativos y mientras continúa el desapalancamiento de la economía, asegura que Bankia deja atrás la etapa de la restructuración y comienza la del crecimiento: “El 1 de enero estaremos en pie de igualdad con nuestros competidores”.
Asegura José Ignacio Goirigolzarri que el Banco Central Europeo ha hecho un trabajo sensacional, que ha afectado a la línea de ingresos del sector pero ha permitido por otra parte mejorar la calidad de los activos o la reducción de las ratios de morosidad. Reconoce que llegados al actual momento de crecimiento en la eurozona le haría “ilusión” la subida del precio del dinero: “50 puntos básicos de crecimiento de los tipos de interés significarían para Bankia un impacto en los beneficios de 250 millones de euros. Para que se hagan una idea, es como un 20% en el crecimiento de nuestro beneficio”.
De cara al futuro, el presidente de la entidad no tiene encima de la mesa “ningún plan de fusión” con otras entidades aunque admite que, antes de su adquisición por parte del Santander, Popular suponía una oportunidad que finalmente descartaron porque tenía un tamaño que Bankia no podía asumir. Por el momento, el banco rescatado está pendiente de terminar la fusión con BMN, que se cerrará legalmente a finales de este año, y le permitirá ser “el cuarto jugador de España”. Respecto a la restructuración en las plantillas tras esa integración explica que todavía no hay cifras definitivas.
Sobre su propio futuro al frente de la entidad, Goirigolzarri asegura estar muy comprometido con el equipo y el proyecto: “Estoy a la orden. Hasta que los accionistas y el Consejo de Administración entiendan que eso es lo que hay que hacer”.
Goirigolzarri reconoce que el retraso en la privatización afecta a Bankia
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