Al igual que ha sucedido en Australia, las grandes tecnológicas estadounidenses como Facebook y Google se enfrentan en Europa a la nueva guerra a cuenta de los contenidos de los medios de comunicación de los que se sirven las plataformas para hacer negocio. Europa carga contra las big techs ¿qué pasa ahora? ¿cuáles serán los próximos pasos que tomará Bruselas contra Sillicon Valley?
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La Unión Europea estudia seguir los pasos de Australia y obligar a las compañías de pagar por los contenidos informativos que ofrecen
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Como en Australia, el Parlamento Europeo ya ha anunciado que forzará a Google y a Facebook a pagar por las contenidos periodísticos que publican. Los miembros de la Eurocámara han advertido a estos dos colosos de la red que las nuevas leyes de la Unión Europea “podrán obligar a las grandes empresas tecnológicas a pagar por las noticias”.
Así siguen en el viejo continente la estela abierta por el Gobierno de Australia que ha llevado a término el nuevo proyecto de ley, el primer proyecto legislativo en el mundo, en obligar a los gigantes tecnológicos a remunerar a los medios de comunicación por el uso de su contenido.
Pero el paquete legislativo va más allá, lo que se exigirá a partir de ahora a las compañías es a que hagan públicos sus algoritmos para poder informar a los editores de los cambios en la divulgación de noticias. Cambios que beneficiarán a los grandes conglomerados y que, con toda seguridad, limitarán la actividad de los medios más humildes.
Y es que tal y como dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison: Australia no acepta presiones.
Antes de ser aprobada, el Gobierno australiano introdujo el martes una serie de enmiendas técnicas sobre su propuesta de ley, que fue presentada ante el Parlamento en diciembre, y que coincidió con el anuncio de Facebook y el Ejecutivo del restablecimiento en los próximos días del acceso a las noticias de su país que, recordemos, la red social decidió bloquear de manera unilateral sin previo aviso a los usuarios del país.
El caso es que estos movimientos están teniendo una gran repercusión a lo largo y ancho del planeta. En Estados Unidos, pese a que la administración demócrata de Joe Biden haya anunciado su predisposición a poner coto a las tecnológicas, todavía no hay nada decidido.
En Europa, sin embargo, ya se han producido algunos avances. Y es que, al menos, en materia de regulación, tal y como nos comentaba aquí en Capital Radio, Joaquín Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea, en esta orilla del Atlántico, vamos por delante.
Años de trabajo en los que Almunia también ha sido protagonistas aunque, apunta, pese a las presiones recibidas, Europa es una roca.
Y es que, nos lo confirmaba hace unos días en estos estudios, Europa ya trabaja para limitar el poder de estas empresas en el viejo continente.
Dentro del continente ya hay quien se levanta en contra de los colosos. Francia, por ejemplo, estaría presionando a Bruselas para que se modifiquen las reglas del juego. La intención de París, pasa por cambiar la Ley de Servicios digitales, para que cada estado miembro de la UE tenga derecho a multar de forma individual a las grandes empresas tecnológicas y obligarlas a eliminar contenido en sus plataformas.
No obstante, la ley solo podría ser aplicada por los países donde Google, Facebook o Apple tienen su sede. Y en este caso es la República de Irlanda. Un país que, pese a haber beneficiado durante años a estas empresas obligándoles a pagar cantidades irrisorias de sus ingresos en comparación con sus beneficios, parece querer cambiar ahora las reglas del juego.
Irlanda entra en juego
En una entrevista este jueves en The Wall Street Journal, la directora de la Comisión de Producción de Datos de Irlanda, Helen Dixon, ha asegurado que Irlanda ha emprendido ahora el camino para poner en marcha las directrices legislativas contra las tecnológicas aprobadas en los últimos años por la Unión Europea.
El debate es complejo y aborda un problema que viene de lejos. Google y Facebook se han beneficiado de poder agregar los enlaces a noticias de medios de comunicación, mientras que estos han utilizado el altavoz de esas plataformas para hacer llegar su información a más ciudadanos de los que podrían haber soñado. Sin embargo, el creciente poder acumulado por las tecnológicas en los últimos años las han convertido en un duopolio que absorbe la mayoría de la publicidad digital, mermando la financiación de los medios y acelerando la precarización de un sector ya tocado tras la crisis financiera de 2008.