Esta semana se cumple un año desde que el magnate estadounidense Elon Musk oficializara la compra de la red social Twitter. 44.000 millones de dólares para una compra que él calificaba como “importante para el futuro de la civilización”. Tras cumplir doce meses al frente, su balance sobre gestionar la compañía no es positivo: "No ha sido una fiesta, ha sido una situación bastante estresante".
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Esta semana se cumple un año desde que se hiciera oficial la adquisición, por la que el estadounidense pagó 44.000 millones de dólares
Un año después, la empresa tiene 1.500 empleados, por los 7.500 que tenía cuando Musk la adquirió.
Plan fallido
Elon Musk centró su estrategia desde el primer momento en la búsqueda obsesiva de la libertad de expresión. El plan era dejar de depender de la publicidad para apostar por las suscripciones de pago. Según el investigador estadounidense Travis Brown, entre 950.000 y 1,2 millones de personas pagan la cuota mensual en Twitter, menos del 1% de los usuarios totales. Es decir, los ingresos anuales por este servicio no superan los 120 millones de dólares.
Para hacerse a la idea, en el último año de la era pre-Musk se ingresaron 4.500 millones de dólares de publicidad. Hoy, los cinco principales anunciantes de X gastan un 67% menos en anuncios.
Grandes marcas como Merck, Hilton Worldwide y AT&T se marcharon durante los primeros meses del mandato de Musk. Importantes relaciones con empresas como Eli Lilly y Pepsi se vieron dañadas cuando aparecieron cuentas falsas en la plataforma que decían representarlas.