La farmacéutica estadounidense Eli Lilly and Co ha confirmado que detiene los ensayos de su tratamiento de anticuerpos COVID-19 debido a problemas de seguridad.
La portavoz de la empresa, Molly McCully, justifica así la paralización de los ensayos clínicos: “Por precaución, la junta independiente de monitorización de seguridad de datos (DSMB) de ACTIV-3 ha recomendado una pausa en la inscripción. Lilly apoya la decisión de la DSMB de garantizar la seguridad de los pacientes que participan en este estudio”.
Este episodio tiene lugar días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogiara el tratamiento y la empresa solicitara aprobación de emergencia para su uso.
La terapia de anticuerpos de Lilly es experimental y aún no ha sido aprobada por los reguladores como segura y efectiva. Es similar al tratamiento REGN-COV2 de Regeneron Pharmaceuticals que se le proporcionó al presidente durante su hospitalización a causa de la COVID-19.
Trump, que atribuye a Regeneron la aceleración de su recuperación, ha pedido que ambas terapias estén disponibles de inmediato en caso de emergencia. Un hecho que aumenta las expectativas de que la administración publique de forma inminente una Autorización de Uso de Emergencia (EUA).
La tercera farmacéutica que paraliza sus ensayos
La multinacional Johnson & Johnson anunció este lunes que ha suspendido sus ensayos de la fase 3, la final, para una vacuna contra la COVID-19. Un voluntario contrajo "una enfermedad inexplicable" durante los ensayos, un contratiempo que obligó a pausar el proceso .
Una razón similar llevó hace un mes a AstraZeneca a detener una parte de sus ensayos. La farmacéutica se encontraba en la recta final de las pruebas clínicas para la obtención de una vacuna en tiempo récord.