El asalto al Capitolio de la pasada noche de Reyes sigue dando de qué hablar. Si el fin de semana empezaba con el cierre de los perfiles del presidente saliente, Donald Trump, en Facebook, Twitter y Snapchat. Este lunes comenzamos la semana con la supresión de la nueva red social de la derecha estadounidense, Parler de las tiendas de Apple, Google y este lunes, Amazon.
Entretanto, Whatsapp ha cambiado la política de privacidad de los usuarios, con las consecuentes críticas que ha suscitado y en Twitter los escépticos hablan de una purga contra los republicanos estadounidenses.
Twitter y Facebook eliminan a Trump de sus redes. Sus seguidores siguen la fiesta en Parler mientras que Whatsapp aprueba una nueva política de privacidad y a Twitter llega "la purga"
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En un principio cabe preguntarse: ¿por qué las tecnológicas, ante el aumento de la violencia en las redes sociales, están tomando estas medidas?
Según explican en numerosos comunicados, la firmas hablan de violaciones de sus políticas “reincidentes y graves” aunque, en realidad, todo lo ligan al asalto al Capitolio de la semana pasada. Aunque como telón de fondo, señalar, está la no tan remota posibilidad de que la nueva administración Biden pueda terminar pidiendo responsabilidades penales a estas compañías si la violencia en las calles se mantiene.
Con todo y con ello, y si bien este cese de perfiles como el de Trump y las nuevas políticas como el cierre de aplicaciones podrían entenderse como censura, cabe destacar que son medidas amparadas por la ley ya que las compañías privadas no están sujetas a la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Muchos de los gigantes de las grandes tecnologías poseen las claves de las tuberías de Internet, y sin esos servicios, muchos usuarios pueden verse obligados a encontrar proveedores alternativos que verán menos interacción entre una amplia variedad de puntos de vista.
¿Violencia en Parler?
Pero todo este tema tiene nombre propio, Parler. La red social calcada de Twitter creada en agosto de 2018 ha estado respaldada por los patrocinadores de Donald Trump o el todopoderoso Steve Bannon, exestratega jefe de la Casa Blanca.
Su nombre es un guiño a la palabra 'hablar' en francés, 'parler'. Se autoproclama como un espacio gobernado por la libertad de expresión; una alternativa imparcial a otras redes sociales como Twitter o Facebook tal y como remarcaba en Fox News el CEO de la compañía, John Matze, quien apuntaba que desde la aplicación "nunca se ha pedido la violencia" y que, a su parecer, quieren hacerles "responsables".
"Básicamente creo que lo que quieres es eliminar el discurso cuando les viene bien", aseveraba Matze.
A pesar de ello, son muchos los periodistas y expertos en redes sociales que han calificado de restrictivas sus condiciones de uso.
¿Dijeron sí a Whatsapp?
Condiciones de uso y políticas de privacidad de las que no están exentas otras aplicaciones como Whatsapp.
Hace unos días los usuarios de la aplicación de mensajería tuvieron que aceptar una nueva política que, de lo contrario, nos advertían, tendríamos que dejar de utilizar la aplicación.
Pues para el común de los mortales hay que aclarar que lo que se ha firmado es, prácticamente, la cesión de todos los datos que recabe la app de mensajería a Facebook y toda su red de compañías.
Desde la compañía nos aclaran que en ningún momento se cambian las prácticas de intercambios de datos. Hay que señalar que este cambio no se aplica a los usuarios que residen en la Unión Europea ya que la normativa comunitaria de producción de datos prohíbe este tipo de prácticas.
Con todo y con ello, Facebook no podrá leer lo que escribimos.
Sin embargo, este movimiento ha provocado un terremoto por todo el mundo y ha encadenado una serie de suscripciones, sin medida, en otras aplicaciones como Telegram cuyo CEO ha querido tener una palabras de cariño hacia Mark Zuckerberg a quien dice, está encantado, de ahorrar decenas de millones de dólares regalándole su fórmula mágica: respetar a los usuarios.
#TwitterPurge: ¿de verdad?
Pero respeto, precisamente, no es lo que han sentido algunos usuarios de Twitter tras descubrir que el pájaro azul había volado de sus móviles después de que desde sus cuarteles generales, según cuenta la NBC, se decidiera eliminar las cuentas de partidarios de las teorías de la conspiración entre los que estaban el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn o el exabogado de Trump, Sidney Powell.
La “purga de Twitter” como la denominan muchos conservadores, según la compañía, no es tal. En una entrevista con New York Post, la empresa dice que esta es una supresión como tantas otras que han llevado a cabo de manera “regular” y dicen estar esperando a que los propietarios de los usuarios confirmen la información que les solicitan para evitar el bloqueo.
en respuesta a todo esto qué han hecho los republicanos… pues ahora amenazan con derogar la sección 230 de la ley de las tecnológicas en Estados Unidos y que permite a estas empresas autocontrolar sus plataformas como mejor que parezcan.
¿Tienen o deberían tener absoluta discrecionalidad las redes sociales para establecer y aplicar sus propias normas internas, incluidas sanciones como las referidas? Teniendo en cuenta el papel que dichas redes juegan en la esfera pública, la respuesta, en un principio, sería no.