En los 12 años desde su fundación, Airbnb ha llegado a cientos de ciudades de EEUU, transformando muchas de ellas en mecas del alquiler vacacional. Una expansión fulgurante que está cambiando el modelo de turismo hacia uno más "de experiencias", asegura Enrique Dans, profesor de Innovación y Tecnología en IE Business School. "Tiene muchas posibilidades de evolución, pero es un mercado muy frágil", detalla.
Tras varios intentos fallidos, Airbnb por fin pudo hacer su reserva en el Nasdaq y tocar el timbre del selectivo tecnológico estadounidense. Un debut espectacular con un precio que ha llegado hasta 164 dólares por acción en los primeros minutos de cotización, lo que supone un incremento del 141% con respecto al precio al que colocó sus acciones durante la operación pública de venta (OPV).
Es la mayor salida a bolsa del 2020, a pesar de los efectos de la pandemia del coronavirus en el sector del turismo y de los viajes. Con arreglo al precio de apertura, la capitalización bursátil de la sociedad ha ascendido hasta los 82.000 millones de euros, muy por encima de los 24.970 millones de euros que la compañía esperaba alcanzar en su estreno. Los títulos finalmente han ganado más del doble, hasta cerrar en 144,71 dólares.
"Todos estamos sorprendidos por la magnitud de la operación y por la reacción del mercado", detalla Dans. No obstante, "también hay que pensar en el momento que han salido a bolsa, porque ya se ve la luz a final del túnel".
Sin ganancias desde su fundación
En el 2019, el último ejercicio completo finalizado, Airbnb registró unas pérdidas netas de 567,7 millones de euro, frente a unos números rojos de 14,2 millones de euros del 2018 y los 58,9 millones de euros del 2017. Los ingresos registraron un crecimiento notable, pasando de 2.156,5 millones de euros en el 2017 a 3.074,3 millones de euros en el 2018 y a 4.045,1 millones de euros en el 2019. "No ha ganado nunca dinero, pero tienen unos fundamentales muy interesantes", apostilla el profesor de Innovación y Tecnología en IE Business School.
"Tiene muchas posibilidades de evolución. Está evolucionando hacia un turismo de experiencia", señala. Pero, alerta de que "las plataformas tienen un privilegio y es que ponen las normas, pero son mercados muy frágiles", sentencia.