“Estás despedido”. Esta frase ya no es temida solo entre las paredes de las sucursales de los bancos. La crisis de los despidos ha llegado para quedarse en otro sector que en los próximos años va a sufrir una auténtica revolución: la automoción.
Los fabricantes de coches son los nuevos bancos. En los próximos años, dice la agencia Bloomberg que estos fabricantes van a eliminar más de 80.000 puestos de trabajo. Hay dos culpables a los que se apunta directamente por esta masacre laboral: la guerra comercial y la revolución tecnológica.
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Las tensiones comerciales y las subidas de aranceles están aumentando los costes del sector y están ahogando las posibilidades de inversión de estas compañías. Además, hay tres amenazas que ponen en jaque directamente a la fuerza laboral de los fabricantes: los coches autónomos, los eléctricos y los servicios de VTC.
De hecho, ya están viéndose los primeros síntomas del problema. Este año, la industria global de automoción va a producir 88,8 millones de coches. Aunque es un número elevado, supone una caída del 6% respecto al año anterior, según datos de IHS Markit. Y el año que viene esta tendencia a la baja podría seguir lastrando al sector. El lobby de automoción alemán, conocido como VDA, estima que en 2020 se producirán 78,9 millones de coches, el nivel más bajo en cinco años.
Los bancos europeos han despedido a más de 52.000 personas solo en 2019
Para muchos, los despidos serán la tónica habitual del sector automovilístico en los próximos años. Y ese lastre ya viene siendo un enemigo muy conocido para los trabajadores de otras empresas, los bancos.
Solo en 2019, la banca europea ha destruido más de 52.000 empleos, según la agencia Bloomberg. Y vamos a tener que prepararnos porque en los próximos años llegarán unos ajustes muy pronunciados.
Por ejemplo, en los últimos días hemos tenido anuncios como el del italiano Unicredit, que avanzó que en los próximos años dejaría en la calle a 8.000 personas. Hace varios meses, Deutsche Bank dijo que tendría que despedir ni más ni menos que a 18.000 trabajadores, un 20% de la plantilla.
En España, más de lo mismo. Hace tan solo unas semanas terminaba el ERE del Banco Santander por la integración del Banco Popular que se saldó con más de 3.000 empleos. En agosto, terminó también el de Caixabank, que dejó en la calle a más de 2.000 trabajadores.
El problema de los bancos también es la amenaza que supone el futuro. Un futuro en el que se prevé que los tipos de interés sigan bajo con lo que eso supone para la rentabilidad de los bancos.