CaixaBank obtiene un beneficio neto de 1.381 millones de euros en el 2020, un 19% menos que en el año anterior. Es destacable que lo hace tras provisionar de forma extraordinaria 1.252 millones de euros para absorber el impacto de la pandemia.
Los resultados se encuentran en línea con lo que esperaba el consenso del mercado.
Pese a la caída de las ganancias, los ingresos 'core' de la entidad, es decir, los derivados de su actividad principal (margen de intereses, comisiones netas e ingresos por seguros) se mantuvieron prácticamente estables y bajaron un 0,1% hasta los 8.310 millones de euros.
De hecho, en el cuarto trimestre el negocio puramente bancario aumentó un 2,8% en relación con el trimestre anterior, y un 1,7% respecto al mismo período del año 2019.
El banco cerró 2020 con el volumen de negocio más alto de su historia: 659.332 millones de euros, lo que supone un crecimiento anual del 7,8 %.
El margen de intereses de la entidad en 2020 se cifró en 4.900 millones, un 1 % menos. Se debe a la menor aportación de la cartera de renta fija y al descenso de los ingresos de los préstamos por la disminución del tipo de interés aplicado.
Respecto a la liquidez, los activos líquidos totales del grupo alcanzron los 114.451 millones de euros, la cifra más alta lograda por la entidad, y la ratio de capital usada para medir la solvencia, la Common Equity Tier 1 (CET1), llegó al 13,6 %.
CaixaBank pagará dividendo
Más allá de los resultados, CaixaBank ha informado de que su Consejo de Administración ha acordado proponer en la próxima Junta General Ordinaria de Accionistas, la distribución de un dividendo en efectivo de 0,0268 euros brutos por acción, con cargo a los beneficios del ejercicio 2020, a abonar durante el segundo trimestre.
La entidad, además, ha especificado que tanto la aprobación del citado dividendo como las condiciones específicas de su pago, estarán sujetas a la ejecución de la fusión con Bankia.