La crisis del coronavirus se verá reflejada no sólo a corto plazo, sino que sus consecuencias económicas perdurarán en el tiempo. Aquí las evidencias: El PIB real de las principales economías desarrolladas podría ser entre un 2% y un 5% menor en 2030 en comparación con el nivel al que podría haber llegado en un escenario sin pandemia de COVID-19. Así lo prevén las estimaciones publicadas este lunes por IHS Markit.
En el ámbito laboral esta consultora espera daños a largo plazo en el sector de los viajes y el entretenimiento. Los más afectados serán los trabajadores menos formados.
También se prevén daños en la inversión empresarial, ya que se han elevado los niveles de deudas de las empresas y también las quiebras. Sin embargo, como efecto positivo se cree que a raíz de la pandemia se incrementarán las inversiones en robótica para sustituir mano de obra por capital.
La ruptura de las cadenas de suministro mundiales y la desaceleración de la globalización obstaculizarán la productividad. Esto afectará en gran medida a la industria manufacturera. Sin embargo, a largo plazo podría ser la aceleración de la digitalización la que mejore esta tendencia.
IHS Markit ha publicado que prevé una contracción del PIB real mundial en un 5,1% en 2020. Después, se expandirá los próximos 5 años un 3,5% anual de media. Hasta 2030, un 2,8%; y hasta 2010 un 2,6%.
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La crisis de 2008
La última crisis económica mundial dejó una productividad, un mercado laboral y una inversión fija empresarial dañada. Los efectos se prolongaron en el tiempo durante la década posterior. De esta manera, las estimaciones indican que el PIB real en 2019 fue entre un 5% y un 8% menor en comparación a las previsiones que se habían hecho antes de esta crisis financiera.