Sidenor levantó la “alfombra”. Fertiberia, Ferroatlántica y Asturiana de Zinc anuncian “parones” en la producción por los altos precios del gas que empujan, cada vez más, la energía a cotas inéditas.
La última en hacerlo ha sido ArcelorMittal, la mayor siderúrgica del mundo, suspenderá temporalmente su producción en varias plantas de Europa (entre ellas, dos españolas). ¿Qué supone este desafío para la industria? ¿Hasta dónde alcanzará la subida de costes?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La mayor siderúrgica del mundo no puede con los costes de producción y la situación lejos de mejorar tiende a lo contrario
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No solo es el acero. El silicio y el zinc también se encuentran en esta encrucijada. ¿El gas natural tiene la culpa de todo esto? Sí, pero no. Porque es verdad que es lo que está empujando en el mercado mayorista los precios hasta cotas insospechadas, pero los pagos por derechos de emisión de CO2 también tiene algo de “culpa”.
Pero lo curioso de todo esto es que a algunas empresas ya les sale más a cuenta frenar la actividad, y con ello contener la sangría de la factura energética que ya supone para más de una firma, que satisfacer la demanda de sus clientes. Fíjense dónde estamos que sale más barato perder clientes que pagar las facturas. Una situación más que insostenible.
En este ecosistema, el efecto es especialmente “significativo” en la industria llamada “electrointensiva”. ¿Quiénes son estos? Aquellos clientes que consumen una gran cantidad de energía con su actividad productiva.
Sidenor 'levanta' la alfombra
Es el caso de la siderúrgica Sidenor, que acaba de anunciar un parón de 20 días por los “desorbitados precios” de la luz, una decisión a la que se suman ahora otras compañías que han reducido su producción de una u otra forma, como Fertiberia (fertilizantes), Ferroatlántica y Asturiana de Zinc.
En el caso de Sidenor han tenido que paralizar de manera temporal la actividad (20 días, de momento) por una factura que en el último año les ha subido un 300% (de 60 a 260 euros el megavatio hora).
Más costes, mismos ingresos, las cuentas no salen.
¿El problema? Que los repuntes van a seguir, esto no se acaba aquí porque los mercados de futuros anticipan poco menos que nuevos repuntes hasta, al menos, la primavera de 2022, nos quedan más de seis meses hasta llegar allí.
Sidenor está ahí. Fetiberia, el fabricante andaluz de fertilizantes, también ha detenido la actividad en su planta de Palos de la Frontera, en Cádiz. En precio del cas que se utiliza para la producción está demasiado alto. Ferroatlántica (Cantabria), más de lo mismo. Esta incluso se plantea llevarse la producción a Francia o Noruega, pero la cosa por allí no está mejor.
Y todavía no han hecho nada a las claras. Pero Asturiana de Zinc está elaborando un plan para reducir la producción. De momento, poco más se sabe.
ArcelorMittal se suma
Pero lo más importante de todo esto. La espiral sigue y se va “cargando” a todo lo que encuentra por su paso. ArcelorMittal, la mayor siderúrgica del mundo, suspende también producción (esta hará pausas cortas y selectivas).
La decisión afectará a todas las acerías eléctricas de productos largos. En España son cuatro plantas de producción y varios centros de distribución. La que tiene más papeletas de “caer”… Olaberría (Gipuzkoa) y Bergara. Casi 500 trabajadores podrían verse afectados. Lo que sí está confirmado es que la producción de su planta principal de Basauri parará de forma intermitente hasta Navidades.
En bolsa no lo ha acusado mucho en la sesión, aunque bien es verdad que durante las primeras horas de negoción ha perdido buena parte del valor.
De hecho, por aquellos lares, en la otra orilla del Canal de La Mancha, para alivia el impacto de este repunte de la electricidad en los costes de producción, varias empresas como British Steel han trasladado ya el mayor coste de la producción a diversos productos. Tata Steel también se plantea poner un recargo a sus productos.
Es más, el gobierno de Boris Johnson está considerando un plan de rescate para ayudar a la industria del acero, dado que de no ser así, algunas fábricas podrían echar el cierre.
Debate sobre las eléctricas
Sobre el tema también se discutía esta semana en el Congreso de los Diputados. Aquí no se atacará al consumidor. Se hará a las eléctricas que, dicen, son las responsables de los precios. En la Cámara Baja se convalidaba a última hora del jueves el real decreto que pretende recortar los beneficios extraordinarios de las eléctricas a raíz de los repuntes del gas.
Aunque la norma esté ahí (aprobada) no se aplicará si las eléctricas son buenas.
La importancia del gas
En el proceso actual de elaboración del acero, la energía eléctrica es “primordial” ya que se usa en diferentes fases “relevantes” de la producción. Y precisamente por esto un repunte del 300% en la factura es inasumible para cualquier empresa, gigante o pyme.
¿La culpa? Se le echa al gas natural. En Europa no tenemos y ahí está el problema. Europa dijo que intervendría, al final, decía el martes Kadrim Simson, la comisaria de Energía decía que mejor no.
Y desde Rusia, desde donde nos llega la mayor parte de lo que consumimos, dicen que están dispuestos a hacer lo que sea por nosotros. Pero Vladimir Putin, el presidente del país, prefiere que, antes, agachemos la cabeza.
Más allá del acero
Tampoco se piensen que, así las cosas, el acero es la única industria afectada. La construcción también está teniendo problemas. Los costes les han subido en el último año más de un 22% y un 24% de las obras han tenido que cancelarse. Por día, pierden entre 1.500 y 3.000 euros, entre el 10% y 50% del presupuesto de obra.
Y un 40% de las firmas del sector, según datos de la Confederación Nacional de la Construcción, ha cancelado o retrasado algunas de las obras por crisis en los precios de materias primas.
El algodón para la ropa, la madera pasa las casas (o los juguetes) e incluso los cereales para el pan. El mundo está muy caro y cada vez va a más. La inflación se deja notar y cada vez cuela menos la teoría de los bancos centrales de que será transitoria.
Que la subida de precios ha llegado para quedarse. ¿El problema? Que aumentan los precios y el mundo, se para.