El estallido de la guerra, ha convertido el puerto Griego en el punto de operaciones para enviar asistencia militar a Ucrania. Esto no ha pasado inadvertido por el kremlin, que aconsejó al gobierno Griego reconsiderar sus alianzas con Estados Unidos.
Lo cierto es que Alejandrópolis actualmente es la única puerta de entrada a los Balcanes, además de un corredor hasta Ucrania. Si sumamos la desconfianza en el gobierno turco, el enclave se convierte en un punto geopolítico de alto interés.
El conflicto surge a raíz de la imposición de Bruselas a Atenas de privatizar numerosos activos públicos, entre ellos el puerto griego. Con la situación más caldeada que nunca, el puerto sale a concurso y los buitres al acecho.
Alejandrópolis, crucial para la seguridad energética
La venta ha despertado el interés de cuatro conglomerados, entre ellos está la constructora GEK, respaldada por un fondo americano Blacksummit. Entre los pujantes tenemos también a la empresa estadounidense Quintana. Por último, la compañía griega Saviddis, propiedad de DAMCO, empresa que pertenece a Gazprom en un 50%.
La importancia de Alejandrópolis es crucial, ya que supondría una mayor seguridad energética y alimentaria para Europa. Las presiones sobre el gobierno griego podrían afectar en sus relaciones políticas a futuro con Washington y Moscú.
Tras el aplazamiento del concurso varias veces, representantes americanos se han acercado a la zona para presionar en la venta. Todas las partes se desvinculan de sus gobiernos de origen, y aseguran que la relación se basa en acuerdos comerciales.
Ante la encrucijada, el diputado opositor Theoharis ha reconocido que ahora están pagando los errores, "así que creo que los imperativos estratégicos deben ser tenidos".