Los valores ligados al sector turístico viven una muerte anunciada en el cierre del segundo trimestre del año. La pérdida neta de Aena, de 170,7 millones de euros, refleja el impacto de la crisis del COVID-19. Se trata de un 130,5% menos que el mismo periodo de 2019.
Las restricciones a la movilidad han sido el gran lastre del sector, dado que han reducido de forma drástica el tráfico aéreo desde marzo hasta finales de junio.
El número de pasajeros en este semestre ha caído un 66% en España, hasta los 43,5 millones. Si se contabilizan los datos del Aeropuerto de Luton (Londres) y de los seis aeropuertos de Aena Brasil, la cifra de pasajeros asciende a 50,2 millones, un 65% menos que en el mismo semestre de 2019.
El descenso del tráfico se materializó en marzo y se agudizó en los meses de abril, mayo y junio, con caídas del 99%. Con el fin del estado de alarma y la apertura de fronteras UE-Schengen, el tráfico se ha ido recuperando en julio hasta alcanzar las 3.000 operaciones en algunas jornadas del mes.