El Big Data se está renovando de forma continua. De los grandes análisis de consumo se ha pasado a recolectar datos desde las redes sociales, a capturar movimientos sencillos y aparentemente inútiles. Los smartphones y su capacidad para estar constantemente conectados permiten a las empresas y las grandes compañías saber cuáles son nuestros gustos, nuestros hábitos de consumo... incluso nuestras reacciones ante los sucesos cotidianos. En Capital Radio miramos al futuro de la captación de datos para mejorar nuestras inversiones y nuestra capacidad de decisión, y lo hacemos desde la universidad San Pablo CEU.



El reto está en respetar la privacidad. Poco a poco las empresas van desde los datos más generales hasta lo que podríamos llamar "small data", porque se filtra cada vez en mayor medida el tipo de cliente al que se quiere llegar. La relación con el cliente mejora desde el clásico anuncio hasta el trato personal que, poco a poco, se vuelve también más interactivo.

Respecto a la seguridad de los datos de los usuarios, la ley de protección de datos impide que se den nombres y apellidos, aunque existen numerosos fallos intermedios antes de que la información llegue a las compañías publicitarias, y esos son riesgos a los que los clientes y usuarios están permanentemente expuestos; no sólo porque se pierdan esos datos, sino porque en ocasiones se manipulan o se filtran de manera que sale a la luz información de la que no disponemos. El problema es que la regulación va un paso por detrás
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