La esperanza de vida española es una de las más altas del mundo. Cada vez hay más jubilados en nuestro país y lo son durante más tiempo, lo que genera un gran reto: el impacto de las políticas sociales sobre el gasto público. "Ni con pleno empleo estaríamos en condiciones de sostener el nivel actual de las pensiones", asegura la presidenta de UNESPA, Pilar González de Frutos, en Capital Radio.



Pilar González de Frutos explica que el sistema de reparto es “sostenible, garantizable y garantizado, por este gobierno y cualquier otro, porque es un requerimiento constitucional”. Uno de los problemas es la llamada tasa de sustitución, es decir, la relación entre la cuantía de la pensión de una persona y el salario previo al acceso a la jubilación. España tiene actualmente una de las tasas de sustitución más altas de los países de la OCDE, cuya media está en torno al 50%. Para un salario medio es del 80%, lo que supone que la cuantía de la pensión supondría de media un 80% del salario anterior a la jubilación. La presidenta de UNESPA argumenta que con las reformas de la Seguridad Social realizadas en 2011 y 2013, "esa cifra va a caer en más de 30 puntos porcentuales, un impacto del que no todos los ciudadanos somos del todo conscientes, entre otras cosas porque no nos lo cuentan así". Esto implicaría que la cuantía de las pensiones sea más baja.

La planificación privada cobra, entonces, más importancia. González de Frutos se fija en algunos sistemas de nuestro entorno adaptados a la realidad económica y social española. Destaca el ejemplo del sistema inglés, donde se da al trabajador la oportunidad de ahorrar parte del salario y se complementa con aportaciones de la propia empresa.