La industria tecnológica ha vivido este 2020 una revolución. Las compañías, en aras de obtener el mayor rédito económico posible, han decidido lanzarse al control de toda su cadena de producción.
El último paso ha sido y está siendo la manipulación de sus microchips con el fin, dicen, de conseguir un mayor rendimiento de sus dispositivos, pero qué pasará con Intel o Nvidia.
La mejora del rendimiento de sus dispositivos y el anhelo de independencia ha llevado a Apple, Google o Facebook a lanzarse a la piscina del desarrollo de sus propios chips
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La realidad es que las empresas de chips o de semiconductores más grandes del mundo se están quedando sin clientes.
Durante mucho años, la fabricación de estos dispositivos ha estado en manos de tres principales casas que, como en Juego de Tronos, controlaban los Siete Reinos de Poniente.
Intel, AMD y Nvidia han sido los grandes reyes sentados sobre un Trono de Hierro que ahora se funde bajo sus pies.
Con el afán de mejorar el rendimiento y reducir sus costes y dependencia de terceros, empresas como Amazon, Microsoft, Google o Apple se han lanzado a la piscina de la fabricación de los microchips que den soporte a sus equipos.
Sin ir más lejos, a comienzos de mes, Amazon dio a conocer su nuevo chip para dispositivos electrónicos que dicen, acelerarán la forma que tiene los algoritmos de aprender sobre los datos que dejamos en sus servidores miles de millones de clientes que cada día utilizamos sus servicios.
Es más, la compañía que dirige Jeff Bezos ya está diseñando nuevos procesadores para el sector de la computación denominados como los Amazon Web Services.
Añorada independencia
Hay que reseñar que todos estos planes no han sido flor de un día y es que pese a estar en la hoja de ruta de las grandes multinacionales, la pandemia ha acelerado, como en tantos otros ámbitos, planes en el auge de la computación en la nube como consecuencia del fuerte crecimiento gracias al teletrabajo.
Y hablamos de Amazon, pero es que Apple ya tiene en el mercado sus propios ordenadores MacBook Air y MacBook Pro con procesadores propios de los de Cupertino, los llamados M1 que dicen ser más silenciosos y fríos.
El caso es que con este movimiento la compañía de la manzana ha dejado de lado a Intel y AMD y el lucrativo negocio que Tim Cook le ofrecía a esas compañías. Lo que le ha llevado, en palabras del CEO de Cupertino, a crear el mejor portátil de su historia y que hasta, dice, cambiará el mundo.
Otro de los grandes, Google, lanzó en 2016 un procesador de Inteligencia Artificial, adelantándose a todos los movimientos de la industria.
Por su parte, Microsoft, la segunda compañía de software más grandes en la nube después de Amazon ya dice estar invirtiendo ingentes cantidades de dinero en el diseño de chips procesadores de IA y que mejoren la seguridad de sus dispositivos.
Según informa Boomberg, la empresa de Bill Gates, ya tiene sobre la mesa nuevos planes de desarrollo de sus propias CPU.
Rendimiento antes que velocidad
El asunto es que las empresas no están tan centradas ahora en las mediciones de velocidad sino en nuevas formas de lograr un aumento del rendimiento asociado a un menor consumo de energía.
La realidad es que si en 1990, tras el nacimiento y la democratización de la tecnología e internet, Intel era una empresa mucho mayor que sus clientes.
Ahora esta tendencia ha dado un giro de 180 grados hasta el punto de que los clientes son más grandes que sus proveedores tanto en términos económicos como de experiencia y, por lo tanto, han decidido que ya no les sirven.
El enorme tamaño del gigante de la nube plantea un desafío para los productores de chips tradicionales.
En el pasado, los fabricantes de semiconductores han tendido a diseñar semiconductores de alto rendimiento para aplicaciones de uso general, dejando a los clientes adaptarse y maximizar sus chips. Hoy en día, los clientes más grandes tienen los recursos financieros para impulsar diseños más optimizados.
Nvidia se ha convertido en el mayor fabricante de chips de Estados Unidos por capitalización bursátil con un valor de 330.000 millones de dólares frente a los 207.000 millones de Intel.
En cambio, y aquí está el epicentro de la cuestión, Amazon, Microsoft y Google, independientemente superan ya el billón de dólares en términos de valoración de mercado.
Se estima que Amazon, Google y Microsoft operan cada uno millones de servidores en una red de centros de datos en todo el mundo y que éstos servidores los alquilan a millones de clientes de computación en la nube.
Y cuán ingentes serán los beneficios que esta división tiene sobre el negocio que hasta Facebook ha desvelado en las últimas semanas que ellos también van a fabricar sus propios chips.