El asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, ha demostrado hasta qué punto puede llegar la desesperación de un sector de la población estadounidense que vive con el agua al cuello porque no puede hacer frente a sus seguros médicos. Un ejecutivo de la cuarta empresa más valiosa de Estados Unidos es asesinado a manos de un joven encapuchado y parte de la sociedad se pone del lado del criminal. Una secuencia propia de The Joker que es tan real como la vida misma.

Más allá de la tragedia, el crimen cuyo autor sigue en libertad y se especula con que ha logrado huir de Nueva York, llama la atención como las redes sociales se han volcado con el autor de los tres disparos que acabaron con la vida de Thompson. Lo que subyace de todo ello, es que los estadounidenses están descontentos con su sistema de salud actual.

La tragedia de UnitedHealth refleja la crisis de la sanidad americana

Parte de la sociedad estadounidense muestra su rechazo al sistema de sanidad tras el asesinato del CEO de UnitedHealthcare

El sistema sanitario de EE

Un sistema privatizado. Si bien es cierto, eso sí, que algunas instalaciones son públicas y la mitad del gasto sanitario corre a cargo del Estado. En 2022 el Gobierno federal empleó casi 1,5 billones de dólares en cubrir los gastos sanitarios de las personas cubiertas por programas públicos de salud, Medicaid y Medicare. Además, dejó de ingresar 300.000 millones por deducciones y exenciones fiscales relacionadas con los seguros privados.

Ahí está la clave. Desde la aprobación en 2010 del conocido como Obamacare todos los ciudadanos deben tener un seguro. Pero la realidad dice que en 2022 había 25 millones de personas sin cobertura sanitaria.

Algo que también es irrentable para el propio país, que invierte, con datos de hace dos años, un 16,6% de su PIB en salud, cuando la media de otras potencias ronda el 11%. En Estados Unidos se invierten más de 12.500 dólares por habitante cuando la media de la OCDE está entre los 4.000 y los 8.000 dólares.

Lo más habitual es que la empresa que contrata a un trabajador ofrezca un seguro médico que dé cobertura al propio trabajador y a su familia. Pero no todas las compañías ofrecen la posibilidad. Tampoco estar asegurado implica tener una cobertura interesante. El 43% de los adultos tienen un seguro por debajo de sus necesidades. Quienes se costean el seguro abonan 477 dólares al mes de media.

El mensaje del asesino: 'Denegar'. 'Defender' y 'Deponer'

Todo lo comentado guarda relación con el mensaje que el asesino de Thompson ha dejado en los casquillos de las balas que mataron al ejecutivo. Quizás consciente del impacto simbólico que iba a tener el crimen, escribía las palabras: Denegar, Defender y Deponer. Una referencia al libro de Jay M. Feinman, profesor de la universidad de Rutgers, que denunciaba en sus páginas cómo las aseguradoras médicas han arruinado a muchos estadounidenses. Tres millones de personas deben más de 10.000 dólares al hospital y el 66,5% de las bancarrotas se dan por deuda médica en el país.

Esos tres conceptos son un claro resumen de la situación de la sanidad en Estados Unidos. UnitedHealthcare rechaza casi una de cada tres peticiones de cobertura sanitarias de sus clientes, el doble que la media de la industria.

El coste administrativo per cápita es de 1.055 dólares, casi seis veces superior al de la media de la OCDE y 12 veces mayor que el de Japón. En 2022 las solicitudes de reembolso de profesionales sanitarios a las aseguradoras alcanzaban los 20.000 millones de dólares. Unas solicitudes rechazadas cuando el montante de las facturas se va por encima de los 14.000 dólares.