Lo vimos en la anterior crisis de 2008 y ahora el fenómeno se vuelve a repetir con la crisis sanitaria del coronavirus. A pesar de las caídas de las últimas semanas, la fiebre por el oro como valor refugio ha disparado su valor hasta alcanzar máximos históricos. Sin embargo, su almacenamiento podría peligrar ante esta escalada de precios.
Escucha el reportaje completo en el siguiente podcast:
- "La tendencia del oro a largo plazo sigue siendo alcista"
- Rentabilidad y cobertura: los fondos de pensiones se inclinan por el oro
Muchos guardan sus lingotes o monedas doradas en casa, en cajas fuertes o hasta debajo del colchón. Pero aunque eso de las cámaras acorazadas parece más cosa de películas o series de ficción, las tenemos mucho más cerca de lo que creemos y repartidas por todo el mundo.
Estados Unidos, por ejemplo, almacena en este tipo de instalaciones 8,13 millones de toneladas de oro físico. Esa cantidad es más o menos fija, pero el valor de este metal precioso no para de crecer. La incertidumbre por el coronavirus ha disparado su precio más de un 30% este año.
El problema es que si el oro sigue subiendo, las grandes empresas que lo custodian no encontrarán a ninguna compañía que quiera a asegurarlo. Y como desde marzo su precio no ha parado de escalar, las reservas de oro están al límite de su valor asegurado.
Depósitos sin asegurar, ¿Un riesgo?
¿Qué pasaría si saqueasen un depósito con un valor de oro mayor a la cantidad asegurada? Aunque este tipo de robos son bastante inusuales, las pérdidas las asumiría el propietario. En este caso los propietarios suelen ser gigantes bancarios, grandes compañías de almacenamiento o, por supuesto, los bancos centrales. Por eso, que las principales reservas de oro del mundo puedan dejar de estar aseguradas debería preocupar.
Aunque las medidas de seguridad son prácticamente infalibles. Por ejemplo, la puerta que custodia la cámara acorazada del Banco de España pesa unas 16 toneladas. Otra muestra de la fuerte protección de estos espacios es 'Fort Knox' en Estados Unidos. Allí, 40.000 hectáreas componen el perímetro de seguridad que protege las 4.000 toneladas de oro físico que se almacenan.