Pedro Sánchez compareció en rueda de prensa conjunta con el presidente chileno, Sebastián Piñera, en el marco de su primera gira iberoamericana. Sánchez ha admitido la preocupación de su Gobierno por la crisis en Venezuela, que no les resulta ajena. El jefe del ejecutivo ha destacado que España no es un país que ejerza la injerencia política en América Latina y ha instado a "pensar en los venezolanos" y abrirse al diálogo.

Tras señalar que España se siente "en deuda" con Venezuela por los exiliados de la Guerra Civil y la dictadura a los que acogió, ha reivindicado ahora la solidaridad con los venezolanos que huyen de su país.

En una línea más dura que la de Sánchez, el conservador Piñera ha lamentado que Venezuela haya dejado de ser una democracia y, pese a haber tenido todas las oportunidades para progresar, siguiera "el camino equivocado" y hoy no tenga Estado de Derecho y cuente con un PIB que es la mitad que hace 12 años.

Piñera ha llamado a la comunidad internacional a hacer lo posible para que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, acepte la ayuda humanitaria que se le ha ofrecido en múltiples ocasiones y seguir luchando para que este país "recupere su libertad".


El presidente chileno ha saludado el compromiso moral de Sánchez con la situación en Venezuela y le ha animado a implicarse más en la solución de esta crisis, recordando que España "en otras ocasiones ha jugado un rol de liderazgo". Para que Venezuela encuentre pronto una solución se requerirá ayuda de todos los países y especialmente de España, ha insistido.