Este domingo, 26 de septiembre, Alemania elige su futuro político. Elige si mantener a los conservadores y el espíritu de Merkel a los mandos u optan por dar un golpe sobre la mesa, llevar al SPD con los Verdes al poder (sería la primera gran nación en Europa en conseguirlo) y mandar a la CDU a la oposición tras 16 años de liderazgo político.
Escucha esta historia completa en este podcast de El Balance:
Concebida en la década de 1960, la mesa de los elefantes fue inicialmente un formato de televisión preelectoral: un debate presidencial al estilo estadounidense
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Vigésima cámara legislativa desde la llegada de la democracia y reunificación del país... Tercer Reich mediante y la caída del muro que dejó convertido en pezados enormes cuadrados de cemento armado sobre los que se edificó la nueva Alemania.
Más de 60 millones de alemanes están llamados el domingo a las urnas, bueno, en realidad algo menos 30 millones porque más del 50% de la población ha votado ya por correo… por lo que podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que a esta hora el nuevo canciller ya está elegido (solo nos queda saber el nombre, que no es poco).
Lo único que nos queda por saber, ya lo hemos dicho, es el nombre del nuevo canciller porque hay cosas que tenemos claras: Angela Merkel no va a ser la elegida y su candidato, Armin Laschet, tiene pocas papeletas. El SPD tras 16 años en segundo plano quiere asaltar la cancillería y su “hombre”, Olaf Scholz está cogiendo impulso y los Verdes, sea como sea, estarán en el nuevo ejecutivo y con toda probabilidad, su candidata, Annaelena Baerbock, pasará a ser la primera vicecanciller del país.
Para los resultados oficiales, en cambio, habrá que esperar probablemente hasta el amanecer del día siguiente. Porque Alemania es un país muy avanzado, sí, pero se toma sus tiempos.
¿Cómo fueron los anteriores comicios?
El recuento definitivo, como sucede en diversos sistemas electorales, puede demorar semanas. En las elecciones de 2017, el resultado oficial definitivo se anunció formalmente en la Comisión Electoral Federal del Parlamento el 12 de octubre, 18 días después de la jornada electoral.
Salen los "elefantes"
En cualquier caso, las negociaciones para formar Gobierno comienzan mucho antes. Incluso en la misma noche electoral, cuando los principales líderes políticos se reúnen en la ya tradicional ‘ronda de elefantes’.
Que nadie se alarme… que los elefantes no toman el testigo a esa hora de la noche… ni los candidatos recorren Berlín a lomos de los mastodontes ni ninguno se lanza al mercado de las onomatopeyas.
La “ronda de los elefantes” es el momento de la verdad, es el momento en el que los candidatos y candidatas se despojan de sus títulos y mensajes de campaña… se sientan unos frente a otros y como si de un luchador espartano se tratase comienzan a debatir copa en mano (exageración) sobre qué hacer a partir de entonces.
Durante el debate, que se transmite habitualmente en forma simultánea en las cadenas públicas de televisión ZDF y ARD en el programa Berliner Runde, se discuten posibles coaliciones y acuerdos de Gobierno desde la perspectiva de los partidos federales.
Pero también se pueden producir diferentes interpretaciones del resultado electoral, como sucedió en 2005 con el entonces canciller Gerhard Schröder (Partido Socialdemócrata) y su rival Merkel (Unión Demócrata Cristiana).
Ambos se atribuyeron la victoria, pero finalmente los resultados favorecieron a la actual mandataria.
Kohl se revela
Concebida en la década de 1960, la mesa de los elefantes fue inicialmente un formato de televisión preelectoral: un debate presidencial al estilo estadounidense (a lo Yanqui) pero adaptado a la idiosincrasia de un sistema multipartidista alemán.
Fue en 1990, cuando eres excanciller Helmut Kohl, decidió que él pasaba de estos tipos de debates electorales posterior a la cita con las urnas y luchó porque se celebrasen nada más cerrar los colegios electorales y aquí comenzó la juerga.
En sus inicios, a pesar de haber ido perdiendo popularidad en favor de las redes sociales… los primeros debates contaron con grandes audiencias y podían durar horas.
En 1976 un acalorado debate entre el cristianodemócrata Helmut Kohl; Franz-Josef Strauß, de la Unión Social Cristiana de Baviera, y el entonces canciller socialdemócrata, Helmut Schmidt, se extendió durante cuatro horas.
En 1987 participó en el debate la primera mujer, la candidata del Partido Verde, Jutta Ditfurth.
Con el tiempo, estos debates se conocen popularmente como ‘ronda de elefantes’ por el peso político de sus contendientes.
La "treta" de Schröder
En 2005, por ejemplo, el canciller Gerhard Schröder perdió el voto por un pequeño margen. Pero para sorpresa de todos, un Schröder autocomplaciente afirmó que él permanecería en el cargo. Y se apoyó en una extraña aritmética.
El verdadero resultado, argumentó, no estaba en el recuento de votos, sino en cuánto mejor le fue a su partido en comparación con las encuestas preelectorales.
Finalmente, tuvo que irse de la cancillería porque aquella “cuenta de la vieja” no habría por donde cogerla.
¿A partir de ahora?
Tras la ‘ronda de elefantes’ y el anuncio de los resultados oficiales en las primeras horas del día siguiente a la elección, se entra de lleno en las negociaciones para formar Gobierno. Sin embargo, esta etapa puede extenderse durante meses.
Y esta vez parece, si las encuestas acierta con los resultados, que va a ser así ya que un claro ganador será difícil de dilucidar y mucho menos una mayoría parlamentaria que lo aúpe a la cancillería. Por que después de Merkel, todo será más complicado.
No hay un límite legal para proponer un candidato por lo que Angela Merkel, entrado el 2022 y si las cosas se complican, podría seguir permaneciendo en el poder.
Tic, tac...
Lo que sí hay son plazo que empiezan a correr desde que el presidente de la República Federal, en este caso, Frantz Alter Steinmeier, propone al parlamento su candidato que requiere ser elegido en esta primera fase de la mayoría absoluta del parlamento. Si no cosecha los votos suficientes, el Bundestag tiene un plazo de 14 días para elegir, también por mayoría absoluta, a otro candidato.
Si transcurrido este periodo no se alcanza una mayoría absoluta, tiene lugar una tercera fase de votación. En esta fase se requiere una mayoría simple, es decir, obtener más votos que el resto de los candidatos. Porque de alguna forma hay que acabar.
Quedan menos de 48 horas para que Angela Merkel abandone la política. Comienza en Alemania y en Europa una nueva era plagada de incertidumbres.
Pero nadie es irremplazable y Merkel tampoco. La canciller eterna se marchará y Alemania seguirá transformándose y modelando Europa a su imagen y semejanza.