El Ministerio de Energía apuesta por avanzar de forma gradual y con el mayor consenso posible en la imposición medioambiental. Y eso que reconoce que los objetivos planteados por un grupo de expertos son muy ambiciosos. También que tienen implicaciones diversas como la financiación autonómica o el coste de los carburantes y el gas natural. La reforma fiscal planteada en el informe incluye nuevos impuestos medioambientales, un recargo para financiar las renovables y una subida del IVA de entre 1,1 y 1,3 puntos. Estos cambios permitirían abaratar un 6,8 % el recibo de la luz, pero encarecerían el gasóleo casi un 29% y el gas natural cerca de un 6%.

El informe aboga también por alargar la vida de las nucleares y repartir los sobrecostes de las energías renovables entre todas las fuentes de energía (electricidad, gas natural, gasolina y gasóleo), lo que eliminaría la fiscalidad distorsionadora en la generación de la electricidad en España y permitiría al país convertirse en exportador neto de electricidad a Francia.

Las asociaciones de transporte por carretera ya han mostrado su rechazo a la subida y la califican de "brutal". En el caso de ASTIC, su secretario general Ramón Valdivia, ha señalado en Capital Radio que "la propuesta de los expertos es la receta de la abuela".

Fenadismer señala, en un comunicado, que las medidas incluidas en su informe romperían el crecimiento continuado de las exportaciones españolas y agravarían el déficit comercial de España.

El grupo de expertos que asesora al Gobierno en materia de transición energética propone crear un recargo al consumo de carburantes o un sistema de "viñetas", que pagarían los propietarios de vehículos, para financiar la construcción y el mantenimiento de infraestructuras viarias.

En todos los casos, el informe aconseja exenciones fiscales para mitigar el impacto de estos impuestos
y recargos en colectivos sensibles como los profesionales del transporte o los agricultores.