“La unión hace la fuerza” y “haz el amor y no la guerra”. Quizá esos sean los lemas que están siguiendo China y Rusia tras la guerra de Donald Trump y sus aranceles a los chinos y sus sanciones a los rusos. Este miércoles el presidente Xi Jinping ha aterrizado en Moscú para arrancar su luna de miel con el líder ruso, Vladimir Putin, y demostrar al mundo lo fuertes que son sus lazos en un ambiente político tan hostil. Pero algunos creen que este matrimonio podría ser más de conveniencia que de amor verdadero. Te contamos toda la historia en el siguiente podcast.
En los últimos seis años, Putin y Xi Jinping han tenido 27 citas en total; esta será la vigésimo octava. Y la última vez que se vieron no fue hace mucho: el líder ruso viajó en abril a Pekín para reunirse con Xi Jinping. Pero esta vez Putin quiere devolverle el favor y desplegar la alfombra roja para el presidente chino en su tierra natal.
La agenda de esta visita de 3 días viene apretada: este mediodía ambos han mantenido una serie de conversaciones en el Kremlin pero antes de ello se han dedicado unas bonitas palabras: Xi ha asegurado que su “amistad durará para siempre” y Putin confía en que la buena relación comercial mejore este año.
A partir de mañana jueves y hasta el sábado se celebrará la vigésimo tercera edición del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, donde Xi dará un discurso por primera vez y explicará la postura de China sobre el desarrollo sostenible. Y según apunta Yuval Weber, profesor de estudios rusos en la Universidad americana de Daniel Morgan, lo que pretenden con este viaje es ponerse de acuerdo de cara a la reunión del G20.
Pero no todo va a ser simbolismo. Se espera que de esa visita salgan hasta 30 acuerdos comerciales y de inversión. Ambos países elogian continuamente su relación comercial, y el año pasado alcanzaron un record histórico al haber intercambiado bienes por valor de 108.000 millones de dólares. Sin embargo, como apunta Yuval Weber, eso es lo equivalente a solo dos meses de comercio entre China y Estados Unidos. El profesor asegura que la intención de Rusia con esta visita es "encontrar la forma de meter dinero chino en sus sectores de alta tecnología", asegura el profesor" y no tanto "la extracción de recursos para China".
Un 15% de las exportaciones de Rusia, que incluyen petróleo, gas, carbón y madera, se dirigen a China. Al contrario, los chinos exportan solo un 1,9% de sus productos al país de Putin, entre los que se incluyen maquinaria, vehículos y bienes de consumo. Por tanto, aunque Rusia se niegue a admitirlo, no está en las mismas condiciones que China, y pese a que pueda llegar a cualquier acuerdo comercial con Xi Jinping, seguirá sin ser una pieza clave en el tablero de ajedrez comercial en el que la reina y el rey son China y Estados Unidos.