China podría estar preparando el próximo golpe a EEUU en el siguiente capítulo de la guerra comercial. Y las alertas apuntan a que podría atacar por el flanco de las tierras raras.
China podría estar preparando el próximo golpe a EEUU en el siguiente capítulo de la guerra comercial. Y las alertas apuntan a que podría atacar por el flanco de las tierras raras.
No hay confirmación, pero el presidente chino, Xi Jinping, ha visitado recientemente una planta de procesamiento de tierras raras, lo que ha levantado sospechas de que pueda convertirse en una nueva baza en la guerra comercial.
En su visita le acompañaba además el viceprimer ministro Liu He, hombre de su máxima confianza y negociador habitual en las conversaciones con Washington.
Recordamos que el capítulo anterior ha sido la decisión de Donald Trump de cortar el suministro de chips y procesadores a Huawei, con la excusa del espionaje (porque según los expertos, lo que de verdad hay detrás es la carrera por liderar el 5G). Esto ataca directamente al punto débil de la firma asiática: en su dependencia de otros países para los semiconductores y el software en teléfonos inteligentes y equipos de red. Es el caso de Google y su sistema operativo Android, utilizado por Huawei.
A pesar de que Trump ha dicho que va a dar una prórroga de 3 meses para que esa medida entre en vigor, para China no cambia nada. De hecho, aquí en España las ventas de teléfonos Huawei ya se han desplomado, según habrían informado algunas tiendas en nuestro país.
Por eso la visita de Xi Jinping a una planta de procesamiento de tierras raras, parece lanzar un mensaje claro: EEUU también tiene vulnerabilidades tecnológicas.
¿Qué son las tierras raras?
Se trata de un grupo de 17 elementos químicos, encontrados en forma mineral, con propiedades magnéticas y ópticas que los convierten en indispensables para crear dispositivos electrónicos más eficientes.
¿Para qué? Pues por ejemplo para fabricar componentes de baterías y motores más ligeros, o para los aerogeneradores grandes que utilizan imanes de tierras raras.
También se encuentran en otros objetos cotidianos, como diodos emisores de luz (LED), que se utilizan en la iluminación de los teléfonos inteligentes, entre otras muchas aplicaciones.
¿Qué tienen de raro, para ser llamadas así? Desde luego no llegan al nivel de los metales preciosos, como el oro o la plata. Pero lo que les hace especiales es que suelen aparecer entremezclados con otros minerales lo que dificulta su extracción y refinamiento, sobre todo si se hace bajo los estándares ambientales de los países desarrollados.
El control principal de las tierras raras está por tanto en manos de China y otras partes del sudeste asiático, que dominan tanto la extracción como el procesamiento de tierras raras. Según datos de la Encuesta geológica de Estados Unidos, el año pasado China aglutinó el 71 por ciento de la producción minera de tierras raras del mundo el año pasado. Le siguen Australia, con un 12% y EEUU con un 9% de la producción. De todas las tierras raras que utiliza Estados Unidos, 4 de cada 5 toneladas vienen de China. El año pasado gastó en comprar esos minerales 160 millones de dólares, un 17 por ciento más que el año anterior. Fuera de China, las mayores reservas de tierras raras del mundo también se encuentran en Brasil, Vietnam y Rusia.