Siete días estos últimos en los que el mundo ha dado un vuelco del que, nos dicen, no será muy difícil escaparnos con empujones por el precipicio y asesinatos, en la otra punta del mundo, que conmocionan. También por llamadas que interrumpen lo importante, pero, sobre todo, con espíritu de vacaciones.
Escucha el resumen semanal completo en este podcast de El Balance:
Siete días estos últimos en los que el mundo ha dado un vuelco del que, nos dicen, no será muy difícil escaparnos con empujones por el precipicio y asesinatos, en la otra punta del mundo, que conmocionan. También por llamadas que interrumpen lo importante, pero, sobre todo, con espíritu de vacaciones
Semana que conviene empezar por el final y mirando al pasado cuando dimitió dimitió por primera vez, en 2006, Shinzo Abe como primer ministro de Japón tras tomar el Gobierno un año antes con la sombra alargada de la corrupción acechando al Partido Liberal Democrático, los conservadores japoneses que volvieron a confiar en él en 2012 cuando volvió a la primera línea de la política nipona tras disipar todos los escándalos sobre los favores que, al parecer, hacía a sus amigos de partido.
Con AbeJapón trató de mirar a Occidente cara a cara dando la vuelta como a un calcetín a un país acomplejado tras el final de una Segunda Guerra Mundial que los dejó en evidencia y devastados tras el estallido de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.
Shinzo Abe remodeló Japón, puso en pie a un nuevo país, en apenas ocho años con una influencia política que le precedía desde su dimisión por motivos de salud que frustró su sueño olímpico en el verano de hace dos años, en 2020.
Cerca de una efeméride hoy superada por su magnicidio. Disparado por la espalda (dos tiros y una espesa nube de humo negro) por un ex militar nipón, Yamagami Tetsuya, de unos 40 años, ya detenido durante un acto de campaña en la ciudad de Nara, en el sureste del país, cerca de la conocida Osaka.
Este viernes Japón llora la muerte de Abe. Pensando que algo como esto, un magnicidio al estilo J.F. Kennedy, sería “imposible” en el siglo XXI en el país del sol naciente donde viven una noche de luto.
Triste al irse
Luto al que miran otros por la pena que les da irse. Porque 24 horas entre el me quedo y el me voy, pero no. Boris Johnson, el primer ministro británico, sume a su país en una de las crisis políticas más enrevesadas de los últimos tiempos y miren que han sido convulsos con tres primeros ministros en los últimos cinco años y un Brexit.
Desde la salida del país de la Unión Europea, en el 10 de Downing Street sobreviven los líderes del Ejecutivo británico no más de 900 días. Una caída caótica, tragicómica, pero, ante todo, de pura esencia british.
En cualquier caso, en Londres, Bruselas, Dublín, Belfast, lo que se respira es la voluntad a la que ponía voz la presidenta del Sinn Fein, la líder de Irlanda del Norte, Mary Lou McDonald que le insistía a Johnson que no esté triste por irse que no le vamos a echar de menos.
Francia ¡a las armas!
Todo mientras que en Francia, donde a Emmanuel Macron se le puede acusar de muchas cosas menos de social-comunista, va a nacionalizar, tiene la intención de hacerlo en lo que se viene, la principal energética del país, EDF.
A ver, el titular muy explosivo, la realidad tampoco es para tanto.
¿Por qué? Pues porque el Gobierno galo ya tenía el 84% del capital de la firma, es decir, que ya la controlaba y que ahora se quiere quitar, hablando en plata, a los accionistas que les están dando por saco.
¿Para qué lo hacen? La compañía tiene miles de millones de deuda, con numerosas centrales nucleares paradas por mantenimiento y un tope de precio de electricidad fijado por el Gobierno francés que lastra sus ingresos.
El Gobierno francés apuesta por seguir construyendo centrales nucleares en un contexto de encarecimiento de su coste. ¿Y esto se podría hacer? Sí, pero no nos valdría para nada.
Atapuerta, el origen
Futuro al que enfrentarse mirando al pasado, conociendo el origen que para los europeos queda en Atapuerca y no en Alemania como nos lo habían intentado colar hasta ahora.
Este viernes, una nueva campaña de excavaciones en los yacimientos de esta zona del norte del país, Atapuerca, confirman que en la Sima del Elefante vivió un homínido alrededor de 1,4 millones de años y que pertenece a una de las primeras poblaciones que colonizaron el continente europeo.
En España se encuentra la cara del europeo más antiguo de la historia de la humanidad.