La presión por el volumen de trabajo que ha llegado a la plantilla del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) ha sido “brutal”, según ha explicado en Capital Radio Manuel Galdeano, responsable del sindicato CSIF. Se ha colapsado la tramitación de los ERTES y se ha producido una situación de una enorme complejidad en la que una plantilla reducida, en torno a los 7.200 trabajodores, han tenido que gestionar los casos de casi 4,2 millones de trabajadores.
Eso ha provocado retrasos y errores lógicos, como reconoce Galdeano. “En una situación como la actual no se puede hacer más de lo que estamos haciendo”.
A estos errores y retrasos también han contribuido las empresas que se han visto abocadas a mandar una serie ingente de ficheros de información. “Enviar esa ingente montaña de datos de cada trabajador afectado en solo cinco días, ha generado también errores como no puede ser de otro modo”, comenta.
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Galdeano explica que no solo se genera un ingente trabajo cuando se reconoce el derecho inicial de los ERTE sino también en el mantenimiento de cada prestación en cada ERTE. Dependiendo de las empresas, van “cogiendo y sacando a los trabajadores según les va” y todo eso genera una serie de variaciones que hay que incorporar al sistema para hacer una correcta liquidación mensual de las prestaciones que deben recibir. “Si fue ingente la carga de trabajo del reconocimiento del derecho inicial, aún más complejo y más laborioso es el mantenimiento de la prestación individual de cada trabajador” y contradice de esta forma las explicaciones de la ministra de Trabajo en el Senado.
Desde el sindicato CSiF denuncian la falta de personal y de medios técnicos, de herramientas, para hacer una gestión adecuada de esta situación en la que dice se “ha desatado una tormenta perfecta”. Si se extienden los ERTES, como piden empresas y sindicatos, los errores pueden incrementarse.