El mes de abril ha sido especialmente complicado para el sector servicios en nuestro país. Las restricciones decretadas por el gobierno han impactado de forma directa en la actividad y en la demanda. El PMI de servicios se desploma en abril, y con ello ha ido aumentando el pesimismo de la empresas y arrastra al empleo.

Se han visto caídas récord de la actividad comercial y de los nuevos pedidos en el sector servicios, mientras que la fuerte reducción de las cargas de trabajo y un mayor pesimismo sobre el futuro, han provocado una destrucción de empleo generalizada.

El índice ha bajado desde el nivel 23.0 puntos registrado en marzo hasta tan solo 7.1 en abril, indicando una contracción sin precedentes, considerable y generalizada de la actividad del sector servicios.

En cuanto al Índice de Actividad Comercial, basado en una pregunta en la que se solicita a las empresas que comenten sobre la evolución de su actividad con respecto al mes anterior, ha marcado un nuevo declive en abril, situándose aún más por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50.0, tras haber registrado su mínima récord en el mes anterior.

A raíz del cierre de muchas empresas y las de sus clientes debido al confinamiento, y de las restricciones de viaje a las que se enfrentaron los consumidores, la demanda de servicios se ha reducido de forma drástica.

Los nuevos pedidos en total no solo se contrajeron al ritmo más fuerte de la historia del estudio, sino que los nuevos pedidos procedentes del extranjero también cayeron a un ritmo récord de la serie.

Todos los subsectores dentro de los servicios cubiertos por el estudio registraron caídas importantes de la actividad comercial en comparación con marzo.

El subsector de Hoteles y Restaurantes y el de Transportes y Almacenamientos se han visto de nuevo intensamente afectados, con las contracciones más pronunciadas de todas las categorías en abril.

Pesimismo sobre el futuro

Las empresas se mostraron profundamente preocupadas no solo por las condiciones actuales, sino también por las perspectivas. El pesimismo sobre el futuro se desplomó a una nueva mínima del estudio, y más de dos tercios de las empresas encuestadas indicaron expectativas negativas para la actividad a lo largo de los próximos doce meses.

La preocupación sobre el impacto a largo plazo de la pandemia en la demanda, la actividad y la salud de las empresas y de los consumidores fueron ampliamente mencionadas. Dichas preocupaciones tuvieron un impacto negativo en el mercado laboral.

Esta inquietud por parte de las empresas afectó las decisiones de empleo, con la pérdida más fuerte en más de 20 años de recolección de datos. Por último, las presiones deflacionistas se intensificaron en abril.

Tanto los precios medios de compra como los precios medios de venta decrecieron al ritmo más intenso de más de once años.

Paul Smith, Economics Director de IHS Markit subrayó, dadas las circunstancias, que han llevado a importantes restricciones de la actividad económica, los datos no sorprenden.

Pero “la magnitud de la caída de muchos indicadores de la encuesta pone de manifiesto el impacto que la pandemia está teniendo en la economía de España”.

“Teniendo en cuenta un posible cambio en la relación lineal tradicionalmente fuerte entre el PIB y los datos del PMI, estimamos que la economía se está contrayendo actualmente a una tasa trimestral de alrededor del 7 %”, señala el director del organismo.

Los efectos de la pandemia están cerca de superar el efecto neto en el PIB observado durante la crisis financiera mundial y los años siguientes. Pero en esta ocasión se espera una recuperación más rápida.

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