Los dientes de oro de Rosalía te ayudarán en una crisis económica
El temor a la recesión y a la incertidumbre política son grandes aliados del precio del oro. A lo largo de las últimas décadas, siempre que estos temores han aparecido en escena el metal precioso ha actuado como activo refugio. Y como siempre que sucede como aumenta la demanda, el precio ha subido de manera significativa. De cara a 2020 Goldman Sachs cree que este escenario puede repetirse y que el metal precioso puede subir tocar los 1.600 dólares la onza.
En este 2019 el oro ha sido uno de los activos que ha registrado un comportamiento estrella: su revalorización ronda el 14%, una subida que se apoya precisamente en el acopio que han hecho muchos inversores de este metal ante el temor que genera la posibilidad de que haya un frenazo brusco de la economía. Actualmente la principal incertidumbre la genera la guerra comercial entre China y Estados Unidos, ya que se tema que la ronda de aranceles frene el comercio y por lo tanto la economía global.
El miedo a la recesión, la gran aliada
En un análisis publicado a principios de diciembre, Goldman Sachs explica que "sin una aceleración importante del crecimiento, es probable que los temores de recesión sigan siendo elevados, respaldados por una baja tasa de desempleo y una curva de rendimiento invertida”.
En este contexto de incertidumbre y ante la evidencia de que el ahorro de los hogares en las principales economías desarrolladas está creciendo, Goldman Sachs considera que se establece un escenario favorable para que aumente la demanda de activos defensivos como el oro.
Las ventas de oro físico suben en España en el último año
Elecciones en EEUU y bancos centrales
Goldman Sachs cree que otro factor que puede jugar a favor de la revalorización del oro en 2020 es el hecho de que se celebran elecciones presidenciales en Estados Unidos. Y es que la incertidumbre sobre quien puede o no ganar podría provocar una subida de la demanda de este metal.
Ahora falta por desvelar qué harán los bancos centrales en 2020, ya que en el años 2019 la incertidumbre económica y política ha propiciado que estemos a punto de cerrar probablemente sun año récord para las compras de los bancos centrales globales, con un objetivo de compras combinadas por 750 toneladas.