Las grandes energéticas españolas se resisten a despedirse de la energía nuclear. Iberdrola y Endesa, propietarias de algunas de las centrales que siguen en funcionamiento, han solicitado por carta una reunión para renegociar el cierre nuclear. Redeia también ha advertido a sus inversores del riesgo que puede suponer a medio y largo plazo el paro de las plantas.
El calendario del Gobierno dicta que el primer paso para el apagón nuclear es el cierre de uno de los dos reactores de Almaraz en 2027. El proceso debería culminar en 2035 y nada ha cambiado de momento, según ha transmitido el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de Sara Aagesen.
Las energéticas españolas se han puesto en pie de guerra contra la decisión del Ejecutivo de comenzar el cierre de las plantas en 2027
Los impuestos, una de las claves
La clave de este cambio de tendencia puede estar basado en razones económicas. Y es que las compañías reclaman mantener las centrales abiertas, pero bajo una mejora de las condiciones. Las centrales nucleares soportan una tasa impositiva de impuestos alta que generan un coste de miles de millones de euros, que ha aumentado un 20% con el plan de residuos radiactivos que el Gobierno aprobaba hace un año.
El cierre de las plantas podría incrementar hasta un 60% las importaciones y encarecer el precio de la energía para hogares e industrias, según un informe de PwC. Además, la emisión de dióxido de carbono se multiplicaría por seis. El estudio pone como ejemplo el caso de Alemania, tradicionalmente segundo productor nuclear de Europa, que lleva desde 2023 sin reactores activos. Pues bien, sus emisiones multiplican por 18 las de Francia, cuyo modelo energético se basa en la energía atómica.
Sin energía nuclear, la electricidad sería un 23% más costosa para los hogares y un 35% para las industrias.
De hecho, si atendemos a los datos, lo cierto es que cada vez se produce más energía nuclear en la Unión Europea, a pesar del cese de actividad germano. Los últimos datos disponibles, de 2023, dicen que se incrementó un 1,7% y supuso el 22,8% de toda la electricidad producida en la región.