La pasión se apodera de nosotros cuando invertimos en bolsa. Esa es la conclusión que sacamos gracias al estudio de la economía del comportamiento. Según María Eugenia Cadenas, coordinadora de Educación Financiera del departamento de Estrategia y Relaciones Institucionales de la CNMV, "el 70% de las decisiones se toman con el sistema intuitivo".

Escucha la entrevista completa en el siguiente podcast.

¿Por qué no se vende una acción antes de que se desplome?

Así nos bloquean las emociones en bolsa

Cuando invertimos en bolsa hay varios sesgos que nos bloquean. En primer lugar, el llamado "sesgo de confirmación". Es uno de los más habituales y sucede "cuando una persona se fia ciegamente de un gurú y eso lo lleva a hacer una inversión que no se adapta a su perfil de inversión y que no es adecuada para él".

También puede ocurrir otra cosa: que nos 'ceguemos' por un activo haciendo la 'vista gorda' a todos los defectos que pueda tener. La experta explica que ocurre cuando "tienes como objetivo un determinado producto financiero que te parece estupendo y por eso te ciegas, no quieres ver más allá y no quieres escuchar una opinión crítica".

Más curioso es el nombre del siguiente sesgo: la "falacia del coste hundido". Según Cadenas, es "una tendencia a mantener una inversión que está generando pérdidas ante el temor de perder lo que ya se ha invertido".

La experta lo compara a cuandonos apuntamos al gimnasio y no vamos: "como ya has pagado mucho, pues sigues pagando más aunque luego no vayas".

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Antídoto para mitigar los sesgos emocionales a la hora de invertir

Pero tenemos una mala noticia para los inversores: estos sesgos "no se pueden eliminar". Sin embargo, sí se pueden aminorar. Hay varias formas de hacerlo según María Eugenia Cadenas. Por ejemplo, con "conocimientos financieros" o con "técnicas de ámbito cognitivo".

Uno de los consejos de la experta está en recurrir a las 5W del periodismo: ¿Por qué estoy inviertiendo? ¿En qué estoy invirtiendo? ¿Cuánto tiempo voy a invertir en esto?

Otra técnica es la de "las listas de comprobación". El ejemplo surge del mundo de la aeronáutica o la medicina y se trata de una serie de preguntas que hacerse a uno mismo antes de empezar a invertir. Entre ellas, ¿qué tipo de inversor soy?, ¿qué nivel de riesgo estoy dispuesto a asumir?