Un nuevo nivel en blockchain. Banksy fue el primer artista plástico, de reconocimiento internacional, en crear su obra – y venderla – a través de un NFT. Los tocken no fungibles hace un año no estaban presentes en el día a día. Hoy mueven un mercado de más de 40.000 millones de dólares.
¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Qué son exactamente? ¿De qué se sirven para haber hecho de ellos la revolución de la década?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
El 2021 que acabamos de cerrar y dejar atrás fue el año de su irrupción en el mercado. Los inversores – en este caso, en su mayor parte, coleccionistas – gastaron casi tanto en NFTs como en las compras de obras de arte tradicionales: casi 41.000 millones de dólares.
Más allá del cuadro están los pisos y entremedias nos encontramos con un ordenador o una oficina. De ser un mercado de apenas 1.000 millones de valoración, en nada más que doce meses, ha terminado por ser cuarenta veces mayor.
¿Qué es un NFT? En esencia, no son más que un certificado digital registrado en una cadena de bloques – blockchain, en el lenguaje del sector – con un registro inmutable, es decir, no se puede cambiar ni manipular.
En otras palabras, es un documento digital que deja constancia que la obra es de un artista y no una copia de “mercadillo”.
Los tokens, generalmente, se crean o acuñan mediante contratos inteligentes – contratos de ejecución automática escritos en el código de una cadena de bloques – y que se pueden comercializar a cambio de criptomonedas.
Más allá del cuadro
Si bien es verdad que, como hemos visto, se pueden aplicar a numerosas disciplinas, no es menos cierto que de su presencia en el mercado se han valido, en mayor medida, los artistas. El pasado mes de marzo, Christie’s pasaba a la historia tras convertirse en la primera casas de subastas que vendía una obra en NFTs. Fue un collage del artista Beeple que, al cambio en dólares, costó cerca de 70 millones de dólares. Su artista no se lo podía creer y en Twitter, reaccionó con un escueto: “santo cielo”.
El deporta y la música también se han sumado a la ola. Junto a ellos, el mercado inmobiliario y la moda ya está haciendo sus primeras cumbres. La exprimera dama de los Estados Unidos, Melania Trump, hace no mucho dijo tener interés en poner en marcha nuevos negocios de moda en base a tecnología blockchain.
Nike ha hecho lo mismo. De la mano de Roblox, anunciaba hace unas semanas su intención de vender zapatillas, ropa, viseras… en NFTs. A través de su catálogo digital.
Más allá de esto. Los videojuegos. Fortnite fue el primer mundo virtual en lanzar estas compras digitales y mal no le está yendo.
La NBA, la liga de baloncesto estadounidense, también tiene su propio mercado de NFT para comprar, vender o intercambiar videos de las mejores jugadas de sus partidos.
De momento, lo importante es la “exclusividad” de los activos. Los NFTs son a nuestros días lo que el oro hace un par de siglos.
Casi 41.0000 millones de euros
En total, se han invertido en 2021 40.900 millones de dólares en contratos de la cadena de bloques de ethereum que se utilizan normalmente para crear los NFT, acorde a los números de Chainalysis recogidos por Financial Times. Esto solo en ethereum. De unirse al conteo oficial otras cadenas como las recogidas a la sombra de la criptomoneda Solana, esta cifra supera las métricas establecidas.
Si lo comparamos con el negocio del arte, acorde a los números de UBS y Art Basel, el redondeo queda en el entorno de los 50.000 millones de dólares.
En comparación, el año pasado, el mercado mundial del arte valía 50.100 millones de dólares, según cifras de UBS y Art Basel.
Además, según Chainalysis, las NFTs han diversificado la inversión más allá de los grandes tenedores. El 75% de las transacciones en el mercado son de apenas 10.000 dólares. Entre febrero y noviembre, 360.000 personas en todo el mundo ostentaban casi 3 millones de NFTs. En otras palabras, el 9% de los inversores controla el 80% del mercado.
¿Cuál es el contrapunto?
La escasa regulación que, todavía hoy, tiene este mercado. Fraudes, estafas, manipulación… también se habla de un mercado sobrevalorado.
Sin embargo, hay muchos partidarios que creen que el mercado está madurando y eventualmente ofrecerá una serie de características, como permitir a los artistas cobrar regalías a perpetuidad.
A largo plazo, los entusiastas esperan que los tokens algún día impulsen el comercio electrónico en cualquier metaverso, mundos virtuales futuristas llenos de avatares digitales. Aquí, las NFT podrán ser lo que hoy es un ordenador, la ropa o un cuadro: bienes, pero virtuales.
Un nuevo mundo, digital y en bits que promete convertirnos en lo que Star Trek vaticinó: hologramas con sentimientos.