Minuto 94:14. El Real Madrid hace historia llegando a la final de la Champions League en el Estadio de Francia de París el próximo 28 de mayo a partir de las nueve de la noche donde tratará de levantar su decimocuarta copa de la Liga de Campeones venciendo al todopoderoso Liverpool británico.
Más allá del terreno de juego y del esférico, ¿cuánto dinero se mueve detrás de la competición por excelencia del deporte rey? ¿Cuál es la volatilidad de un mercado marcado por el sentimiento y con el corazón partido?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Analizamos las consecuencias de un mercado volátil para un mercado condicionado por la derrota del Manchester City en el Santiago Bernabéu
Se le quiere buscar explicación, pero quizás no la tiene.
El Santiago Bernabéu miraba al suelo. No querían ver cómo el Manchester City les arrebataba la posibilidad de llegar al Estado de Francia de París el próximo día 28 a jugar la que podría (y todavía puede convertirse) en su decimocuarta liga de campeones. De hecho, hubo quien abandonó en el minuto 80 (todavía perdía).
Así se decidió por hacerlo este hombre al que escuchan en entrevista con los compañeros del diario Marca. Este hombre se fue porque no quería ver cómo los ingleses le quitaban las mieles de la boca. Como la “peor decisión de su vida”, llegó a calificar su ‘espantada’.
Una huida marcada por el miedo de quien cree saberlo todo de su enemigo hasta que al poco de llegar al minuto 90 del encuentro, al poco de llegar al final de un partido sentenciado de muerte para los ‘blancos’, Rodrygo encaja el primero de los goles que, quien más quien menos, hizo soñar al Bernabeu con un tímido empate.
Pero instantes después Benzema se lanzó al terreno de juego y metió el segundo. El Manchester City ya perdía su ventaja de la ida y la del gol de Mahrez con el que se había adelantado en la primera parte del encuentro. Para entonces, ni Kroos ni Modric ni Casemiro estaban en el césped. Y dio igual.
En prórroga, apenas a seis minutos de echar el cierre sobre el césped del Santiago Berbabéu, en el minuto 94:14, Benzema volvió, ya en prórroga derribado en el aérea y de penalti llevó el color del club de Florentino Pérez, el blanco, a los focos que cada noche hace emerger, entre la oscuridad parisina, a la Torre Eiffel.
El de Benzema en el 94:14 fue un gol que dio la vuelta al mundo. Desde Tokio hasta Londres y de Roma a, por supuesto, París el mundo estaba pendiente, hace ni siquiera 24 horas, de lo que sucedía a apenas un kilómetro de distancia de estos estudios centrales de Capital Radio en Madrid.
No sé cómo
El Real Madrid y la Champions League, una relación que desafía toda lógica que, para los locutores de la emisora catalana RAC1 que hoy están en portadas de todo el mundo, es una paradoja. Tampoco en la ciudad condal supieron explicar el fenómeno. No sabían qué había salido mal para el Manchester City.
Tampoco otro afín al club blaugrana, el ahora técnico del conjunto británico, Pep Guardiola, supo cómo explicar su derrota.
Una lucha que para ellos acabó mal aunque para Carlo Ancelotti, entrenador de los blancos, no fue más que un sendero por el que dar las gracias. En un camino lleno de aficionados a un equipo que, parece, nunca se da por vencido.
Billetes que caen un 900% en 45 minutos
La historia que este 2022 está escribiendo el Real Madrid en la Champions League es un relato en el que buscan hacer creer en algo que no es tal. Pero también en hacer negocio porque el ‘dinero es el dinero’ y tras el fútbol hay mucho, pero tras la final de la Champions además de haber billetes, hay volatilidad ‘por un tubo’.
En una remontada como esta del Real Madrid no confiaba nadie y, mucho menos, el mercado. Desde la nueve de la noche y hasta el minuto 47, es decir, durante la primera parte del partido y viendo que sería el Manchester City el que se enfrentara con el Liverpool en País, los precios de los vuelos de Ryanair subieron, por ejemplo, un 900% que, posteriormente, se quedaron en nada por circunstancias que todos conocemos.
Y su ustedes se van a la web de esta aerolínea hoy, pero el trayecto que buscan es Madrid-París verán que los billetes de valer, para esas fechas, 7,99€ se han disparado hasta los 389,03€.
Por su parte, Iberia ha programado desde ya 4.000 plazas a parís para ir a ver la final. Si, normalmente, el trayecto lo tenemos en los 83 euros para el viernes de antes del partido la ida les costará 535€ en el pack básico y la vuelta, atentos a esto, otros 537€. Y si ya viajar les parece caro, esperen a ver el alojamiento.
Hospedarse ese fin de semana un piso en París cotiza sobre los 15.360 euros aunque hay colchones (pero solo colchones, no se crezcan) por 117€.
Con estos números, irse a Manchester, por estas fechas y por lo que sea, les va a salir más barato. Lo digo, por darles opciones.
Lo que ingresan por competir
El caso es que la Champions League es un negocio de métricas ingentes. Se distribuye, por competición, un pastel de 2.000 millones de euros entre todos los participantes. Para cualquier que compita en la fase de grupos los ingresos se acercan a los 16 millones de euros y, posteriormente, la UEFA paga 2,8 millones por victoria y 930.000 euros por un empate. Las derrotas, como la de Manchester, no se cobran.
Cuanto más avances, entonces, mejor te irá por cuentas. Por gasto de los aficionados, el directo se eleva a los 3.600 millones de euros. Por partido se ingresan casi 190 millones y apuestas KPMG dice que se negocian hasta 924 millones de euros.
Además, hay 600 millones que deben ser repartidos por el coeficiente que presenta cada equipo, esto es, su trayectoria en los últimos 10 años.
La ciudad que acoge el partido, en este caso París, podría elevar el montante de ingresos por viajeros hasta los 150 millones de euros.
En general, la factura por un partido estaría sobre los 3.000 millones de euros entre vuelos que cambian por minuto y sentimientos que más allá del IBEX mueven al mercado del deporte, un mercado que nunca volverá a caminar solo y más si es entre las filas del Real Madrid y del Liverpool.
20 Champions League entre dos equipos que compiten un año más por reinar Europa.