El impacto económico global del coronavirus es todavía difícil de calcular, porque es imposible saber hasta cuándo se va a alargar y cuánto más se va a extender. Pero ya se están viendo sus efectos en muchos productos, cuyo precio cae sin control. Uno de ellos es la langosta, pero hay otros. ¿Momento de comprar?
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El primer producto que nos viene a todos a la cabeza es la ropa. La Asociación Empresarial de Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) presentaba cifras el año pasado: el 20,2% del textil importado procede de China.
Le sigue Turquía (13%), Bangladés (12,5%) y Marruecos (9,2%). Sólo esos cuatro países suponen más de la mitad de las importaciones en España. Los proveedores de Italia, otro de los países azotados por el coronavirus, (6,5%), India (4,6%) o Paquistán (3,9%) van ganando peso.
El sector textil es el más dependiente de los suministros de China, según un informe de Standard & Poors, seguido por la computación y electrónica, el equipamiento eléctrico y los vehículos de motor, entre otros.
También el sector de los juguetes se está viendo afectado por la falta de suministros que llegaban de China.
Y ya se lo hemos contado en Capital Radio, que la industria farmacéutica se verá afectada porque los principios activos para elaborar medicamentos llegan en su mayoría de China y la India.
Caída de la demanda
Eso por un lado, por la materia prima que deja de llegar. Pero la otra cara de la moneda es lo que han dejado de comprar desde China.
Uno de los productos cuya demanda ha caído más es el café. Los precios se han desplomado, principalmente porque Starbucks impuso el cierre de más de 2.000 tiendas en el país.
También están cerrados los locales de otra gran cadena de la región, Luckin, para contener la propagación del brote. China sigue siendo un consumidor muy pequeño, representa solo el 2% de la demanda mundial de café, pero ha triplicado sus importaciones en 10 años.
Argentina ha visto cómo han caído las exportaciones de carne vacuna, que han bajado en enero casi un 33%, por la desaceleración de las compras por parte de China.
Y otro producto cuyo precio se ha desplomado ha sido la langosta. Un producto de lujo que ha visto cómo ha caído la demanda en los últimas semanas.
Para hacernos una idea, según la firma estadounidense The Lobster Co., suelen recibir pedidos de unas 1.000 cajas a la semana desde Hong Kong.
Desde finales de enero, los pedidos han bajado hasta las 120 cajas, y la propietaria de la firma se está planteando despedir a todos sus empleados. El valor de su inventario se ha reducido un 40% en las últimas semanas.
Los mismos problemas están experimentando otros países exportadores de langosta, como es el caso de México.