La caída de pedidos industriales en el mes de julio, impulsado por la poca demanda extranjera, puede llevar a Alemania a una recesión en el tercer trimestre. Debido a las disputas comerciales y la salida del Reino Unido de la Unión Europea, planeada pero retrasada, la economía más grande de Europa sigue resintiéndose por la falta de crecimiento global y la incertidumbre empresarial.
Con respecto al mes de julio del año anterior los productos “Made in Germany” bajaron un 2,7%. Según el Ministerio de Economía, los pedidos de países no pertenecientes a la zona euro, que cayeron casi un 7%, provocaron la caída, ya que la demanda de países europeos creció ligeramente.
Este dato aumenta el riesgo de recesión para la economía alemana y la probabilidad de un crecimiento negativo en el tercer trimestre.
La debilidad de exportaciones se debió sobre todo la bajada de la demanda de China y el Reino Unido y llevó a que el producto interior bruto de Alemania se contrajera un 0,1% intertrimestral en el segundo trimestre.
Según el Ministerio de Economía no hay señales de una mejora fundamental, ya que los conflictos comerciales internacionales aún no se han resuelto. Además existen pocas expectativas empresariales en el sector manufacturero.
El gobierno espera que el crecimiento económico se desacelere hasta el 0,5% este año lo que sería la expansión más débil desde 2013 cuando la zona euro se encontró en medio de la crisis de la deuda soberana.