“Se ha dado un giro en el Eurogrupo. La elección de Mario Centeno como presidente es un guiño para países del sur, por un lado, y, por otro, es también una indicación de que las políticas de austeridad quedan atrás y se apuesta más por el crecimiento” asegura Ana Capilla, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria.
Tras la alternativa económica que ha supuesto el actual gobierno portugués, al que “avalan las cifras”, está por ver si la política económica de Centeno llega tan lejos como se espera en su propio país, ya que el ejecutivo luso está condicionado por el grupo de izquierdas con el que gobierna en coalición.
En cuanto a Europa, Capilla sí cree que su elección dará “cierta flexibilidad a las políticas del euro” y se impulsarán medidas más expansionistas que “den alivio a los ciudadanos europeos”. Esta experta considera importante este cambio de rumbo, especialmente para frenar el auge del populismo en el Viejo Continente, sobre todo en un momento en que la incertidumbre política no está del todo despejada tras la falta de acuerdo en Alemania.
Respecto al resto de piezas que comienzan a moverse ya en el tablero europeo, Ana Capilla explica que la estrategia del titular español de Economía, Luis de Guindos, era “ceder la presidencia del Eurogrupo” para poder conseguir un asiento en el Banco Central Europeo y, quizás, “tras la vicepresidencia optar a sustituir a Mario Draghi”. Señala que el momento es “ideal”, pero pide prudencia ya que no sería la primera vez que se ven frustrados los intentos del español.
Mario Centeno y el fin de la austeridad
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