La renuncia del ministro de Hacienda de México, Carlos Urzúa, ha conmocionado a los mercados al citar el “extremismo” de la política económica del Gobierno con Andrés Manuel López Obrador al frente.
A través de su cuenta de Twitter, Urzúa, comunicaba su renuncia en una nota inusualmente dura en la que señalaba que el gobierno está tomando decisiones de política pública “sin el suficiente fundamento”. “Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en la evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o de izquierda”, señala.
También hace alusión a lo que él llama “conflictos de intereses” en el nombramiento de algunos funcionarios del ministerio que le han impuesto aunque no ha dado más detalles.
La renuncia provocó la caída inmediata del peso y de la bolsa mexicana que poco después se recuperaban tras el nombramiento del actual secretario de Estado de Hacienda, Arturo Herrera, como nuevo ministro.
En su primera intervención, Herrera ha querido tranquilizar a los inversores con mensajes de confianza en la economía mexicana. Dice que México no está en recesión y que las finanzas están “blindadas” y son firmes los objetivos de estabilidad macroeconómica.
Los economistas consultados por Capital Radio, observan con preocupación lo que sucede en el país donde grandes empresas como Telefónica, Santander, BBVA, Iberdrola o Meliá, por citar algunas, tienen una alta exposición. A los empresarios les preocupa la caída del PIB que en el último trimestre bajó un 0,2% y temen que la economía pueda entrar en recesión. Además ponen el acento en algo sobre lo que ya ha advertido el FMI, la bajada de la inversión en el país y también mencionan las complicadas relaciones comerciales con Estados Unidos. Una situación que podría "retraer las inversiones en el país", nos comentan.
El director de análisis de Bankinter, Ramón Forcada, señala que el contexto político es inestable ya que la dimisión del ministro de Hacienda muestra las discrepancias internas y eso deteriora la visión de la economía. Aún así, también destaca que, de momento, no se han tomado medidas especialmente relevantes “ni para lo bueno, ni para lo malo”.
Sobre el nuevo ministro, los inversores destacan su experiencia y que es una figura conocida por el mercado. Herrera tiene por delante la misión de revitalizar el crecimiento económico y lograr un superávit presupuestario primario de un 1% y evitar las rebajas de calificación por parte de las agencias preocupadas, sobre todo, por la elevada deuda de la petrolera estatal Pemex.