España es la campeona de clase europea en materia de crecimiento, pero se queda rezagada en productividad. Conclusión tanto si cogemos la foto global de PIB por hora trabajada de nuestro país y de la Eurozona (53 dólares/hora frente a 61 en 2022, según datos de la OCDE) como si observamos el crecimiento de la productividad desde 2015: +2,5% en España frente al +4,7% de la Eurozona. Estas cifras hacen que nos estemos volviendo locos por recuperar la productividad y que los economistas busquen la receta que debe aplicar España.
Recetas clave para mejorar la productividad en España
Productividad, evolución pasada y futura y su importancia en el desarrollo económico es el título de un informe presentado por Fedea y el Consejo General de Economistas. Ambas entidades recogen propuestas que deberían aplicarse en España:
1. Llevar a cabo políticas enfocadas al largo plazo, a la economía del conocimiento y al refuerzo de la investigación y el desarrollo tecnológico, pero no solo incrementando el gasto con relación al PIB, sino también replanteándose el destino de ese mayor gasto.
2. Mejora en los canales de financiación.
3. Realiza inversiones inteligentes y equilibradas en diversos tipos de capital (no sólo maquinaria, infraestructuras o TIC, sino también en intangibles como el capital humano, tecnológico y social).
4. Propiciar el buen funcionamiento de las instituciones, la seguridad jurídica y la estabilidad política y social como condiciones necesarias para sostener niveles elevados de inversión.
5. Invertir de forma permanente en formación e impulsar una regulación adecuada, que garantice la mejora de la calidad del sistema educativo a todos los niveles y lo más consensuada posible para asegurar su estabilidad en el tiempo.
6. Reforzar las titulaciones STEM y desarrollar programas de formación dentro de las empresas para contribuir a la mejora en el capital humano y a su especialización en ámbitos con un elevado potencial en el futuro.
7. Mejorar la transferencia de conocimiento entre las universidades y las empresas.
8. Por el lado de las empresas, impulsar una estructura productiva que demande, remunere e incentive al capital humano.
9. Contar con un sector público que contribuya a la mejora de la productividad propiciando la inversión privada, especialmente en I+D, eliminando las trabas administrativas y burocráticas existentes al crecimiento de las empresas y suprimiendo las barreras existentes en el mercado interior, de forma que se genere un mayor dinamismo empresarial.
10. Incentivar la reorientación productiva hacia sectores de mayor intensidad tecnológica.