Del Gallo Rojo de Fuego al Perro de Tierra. El Año Nuevo Chino, también conocido como Festival de la Primavera, es el año 4.716 según su calendario y da el pistoletazo de salida al mayor periodo de vacaciones en la región. La fiesta tradicional más importante del país asiático se prolongará hasta el 2 de marzo, un periodo de 15 días plagado de reuniones familiares y rituales en busca de la buena fortuna.
Al perro los chinos le atribuyen virtudes como la empatía y la fidelidad, así que se prevé un año de estabilidad y tranquilidad, también en lo económico, como explica Carles Brasó Broggi, sinólogo y profesor en la Universitat Oberta de Catalunya. En 2017 China se consolidó como potencia económica y ha pasado de manera definitiva a la primera plana de la escena internacional pero eso conlleva retos.
Xi Jinping se ha marcado como objetivo eliminar la pobreza durante su actual mandato, pero apunta Brasó que “aunque China no tiene bolsas de pobreza en las grandes ciudades como otros países, no podrá eliminarla por completo”.
Otro de los grandes retos es el de la contaminación y es que ser la fábrica del mundo hace de China uno de los países más contaminantes del mundo, “lo que tiene consecuencias en el aire pero también en el agua y el suelo, donde afecta a la productividad de la tierra”. Por eso Pekín ha entrado en el Año Nuevo sin fuegos artificiales ni petardos, que fueron prohibidos el año pasado para evitar los altos niveles de contaminación en la capital.
El sector financiero del gigante asiático también va a continuar este 2018 bajo la atenta mirada del mundo económico internacional. Continúan las sospechas sobre la veracidad de los datos publicados por las autoridades chinas, y se teme que con el alto endeudamiento existan ciertos agujeros en el sistema financiero que las cifras no están representando. “Todo ello hace que sea difícil detectar esos agujeros y saber cómo de sano está el sistema financiero chino” explica el sinólogo.
Parte de la expansión económica internacional de China también se debe al auge de su sector turístico. Se calcula que el país será el primer emisor de turistas mundial para 2020 y en estas vacaciones se esperan más de 700 millones de viajes por tren, carretera, barco y avión, según el ministerio de turismo. La media de gasto para quienes salgan del país se estima en 1.230 euros y Europa concentrará el 11% de las estancias.
La celebración del Año Nuevo chino dejará en España más de 150 millones de euros, fruto de las compras que realizarán los turistas asiáticos durante el mes de febrero, época de la temporada alta en China. Según cálculos de UniversalPay, el ticket medio de compra ronda los 1.000 euros, que se eleva a 1.575 en el caso de la industria textil o a 3.930 euros en el caso del turismo de lujo.
Lo que trae a China el año del Perro de Tierra
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