Al entrar en otro periodo de negociaciones aceleradas del brexit, ¿cómo pueden los inversores afrontar con éxito las próximas semanas y meses? De acuerdo con nuestra evaluación, una serie de activos británicos ya han descontado una probabilidad significativa de un brexit perturbador, si bien aún hay margen para avanzar en ambas direcciones, dependiendo de cómo se desarrollen las negociaciones.





Escenario base: Resultado de cooperación para las conversaciones del brexit

Nuestra hipótesis central estriba en un resultado de cooperación para las negociaciones en curso, en el sentido de que tanto el Reino Unido como la Unión Europea (UE) puedan firmar el acuerdo de transición que amplía las negociaciones hasta diciembre de 2020. Creemos que existen alicientes para que ambas partes acepten la transición: en el caso de la UE, garantizaría que el Reino Unido contribuya a los presupuestos de la UE hasta el final del periodo fiscal actual en diciembre de 2020 y, en el caso del Reino Unido, atenuaría el riesgo de una separación perturbadora en tan solo cinco meses, un acontecimiento para el cual es improbable que la economía esté totalmente preparada.

De hecho, percibimos un mayor riesgo de un brexit perturbador en la fecha límite de diciembre de 2020 que en la actual fecha límite de marzo de 2019. En este sentido, consideramos que una gestión prudente del riesgo debe sopesar todas las posibilidades.

Riesgos del brexit a corto plazo

Observamos que una serie de activos británicos han descontado una probabilidad relativamente elevada de un brexit disruptivo, habida cuenta de los niveles actuales. Cuando observamos el mercado de renta fija, los yields del Reino Unido se han mantenido muy próximos a los yields en euros, a pesar de que el Reino Unido ya ha comenzado su ciclo de subida de los tipos de interés. En nuestra opinión, esto se debe a que algunos participantes del mercado esperan que el ciclo monetario del Reino Unido se detenga (o incluso se invierta) en caso de que se produzca un brexit disruptivo. Por lo tanto, en lugar de seguir la evolución de los mercados estadounidenses y europeos, los rendimientos del Reino Unido han seguido la de las zonas en las que aún no ha comenzado el ciclo de ajuste.

Mientras tanto, consideramos que la libra esterlina está entre un 5% y un 10% por debajo de su valor razonable a largo plazo, lo que atribuimos principalmente al riesgo del brexit. Y cuando observamos el mercado de deuda corporativa en libras esterlinas, aunque la mayoría de los sectores industriales del Reino Unido cotizan al mismo nivel que sus homólogos, los bancos del Reino Unido siguen negociando con una prima de rendimiento, que de nuevo imputamos al riesgo del brexit. Los bancos del Reino Unido operan en uno de los sistemas financieros más regulados del mundo y presentan algunos de los ratios de capital más elevados del sector.

Por esta razón, creemos que hay buenas razones para dimensionar adecuadamente las exposiciones a activos que podrían beneficiarse de un brexit cooperativo. En el caso de un brexit de este tipo, cabría esperar que los yields de la deuda pública del Reino Unido fueran inferiores a los de los bunds alemanes y los títulos del Tesoro estadounidense, y observamos margen para una apreciación constante de la libra esterlina y para que la deuda bancaria del Reino Unido supere a la deuda financiera en general. En el caso de las carteras globales, reflejamos este punto de vista a través de una modesta infraponderación de la duración en el Reino Unido y una modesta sobreponderación de la deuda de los bancos comerciales británicos. Sin embargo, dada la naturaleza binaria de los posibles desenlaces, seguimos haciendo hincapié en el dimensionamiento adecuado de estas exposiciones.

Cubrir el riesgo del brexit

Independientemente de la opinión que se pueda tener sobre el brexit, creemos que es prudente contemplar las coberturas de cartera adecuadas frente a un brexit perturbador. En un escenario de este tipo, estimamos que los rendimientos de los bonos británicos podrían reducirse entre 25 y 40 puntos básicos, la libra esterlina probablemente se depreciaría entre un 5% y un 10% y la deuda de los bancos comerciales del Reino Unido se vería sometida a una mayor presión. Las clases de activos tales como los valores inmobiliarios comerciales seguramente también experimentarían una caída en su liquidez debido a la incertidumbre económica. En cuanto a las carteras con activos británicos menos líquidos, seguimos considerando que la libra esterlina es una herramienta sólida para cubrir el riesgo global de la cartera ya que, no solo es sensible al riesgo del brexit, sino que también es altamente líquida. De este modo, los gestores de cartera pueden tratar de reducir la volatilidad de la cartera a corto plazo sin verse obligados a negociar con valores menos líquidos de la cartera.

¿La buena noticia? Estamos convencidos de que los mercados siguen ofreciendo a los participantes tanto un margen de beneficio si su opinión sobre el brexit resulta correcta como una oportunidad suficiente para cubrir los riesgos no deseados si su evaluación de las perspectivas cambia.




Artículo elaborado por: Mick Amey