Con el buen tiempo, regresan los turistas, los comercios llenos, las terrazas a reventar y las avenidas intransitables. Se abre la pelea por un hueco en la playa o por conseguir sitio para cenar en los restaurantes. El turismo, motor de la economía española, crece en masa para beneficio de unos... y perjuicio de otros.
La explosión turística que generó el encierro provocado por la crisis sanitaria de la Covid-19 ha suscitado el odio de los vecinos de las localidades más turísticas de España. La turismofobia es cada vez más común. La Fundéu lo define como "rechazo a la turistificación", el modelo turístico caracterizado por la masificación y las consecuencias negativas sobre la población y los trabajadores.
Escucha el A pie de calle de Mercado Abierto con Yasmina Durán y Pedro Díaz:
Mientras la población canaria denuncia la escasez de vivienda por el turismo masivo, varios destinos europeos toman medidas para limitarlo
Varios destinos limitan el turismo
Ámsterdam ha puesto cartas en el asunto. La capital de Países Bajos prohibirá la construcción de hoteles para combatir la masificación del turismo. Ha tomado ya varias medidas, como reducir a la mitad el número de cruceros fluviales autorizados a atracar en sus aguas.
No es un caso aislado, desde ayer Venecia cobra 5 euros a los turistas que quieran acceder a su centro histórico, como medida estrella para combatir el turismo de masas.
En Canarias ya han dicho basta: este sábado, decenas de miles de personas ocuparon las calles de las ocho islas y de otras ciudades españolas para pedir un giro en el modelo de turismo que rige la economía del archipiélago.