Estados Unidos se contagia de la desaceleración mundial. El PIB estadounidense del cuarto trimestre se ha situado en el 2,2%. Cuatro décimas por debajo de la última estimación de febrero (2,6%) y dos décimas menos de lo que esperaban las casas de análisis (2,4%). Además, se sitúa por debajo del objetivo de la administración de Trump del 3%.
Algunas casas de análisis eran todavía más pesimistas: estimaban que la cifra se situaría en el 1,8%. En comparación con el cuarto trimestre de 2017, la economía creció un 3%, de nuevo por debajo de la estimación del 3,1% que se realizó el pasado mes.
Mejor ha sido el dato de peticiones semanales de subsidios por desempleo, que ha caído al nivel más bajo de 2019. El número de americanos que la pasada semana rellenaron la petición de ayuda al paro cayó en 5.000 peticiones hasta las 211.000. Una caída que los economistas no esperaban: habían estimado que subiría a 225.000.