La Unión Europea no puede dar el visto bueno a las pretensiones independentistas porque eso significaría "abrir un polvorín en el resto de países, sobre todo en el centro de Europa", según el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad San Pablo CEU, José Peña. Pero Bruselas sí puede presionar para favorecer el diálogo entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, un encuentro en el que ambos "deben estar dispuestos a renunciar a sus pretensiones".



"El problema catalán no es sólo de Cataluña es un problema de España. Esto está demostrando un fallo de la concepción democrática" explica Peña, que analiza en Capital Radio las posibilidades que ofrece la Constitución para afrontar este problema.
 Asegura que si bien la Constitución es la norma jurídica que regula la convivencia entre los españoles es también una "obra política" fruto de un momento político determinado. Esto significa que la norma permite diferentes interpretaciones del mismo texto. Por ello pide apelar más a la política y menos a la legalidad: "Aquí sobra legalidad en alguna parte y falta política en casi todas".

La propia ley española ofrece posibilidades más amplias o más estrictas ante problemas determinados, pero explica José Peña que si la norma "no es capaz de encontrar una solución a un problema se debe reformar con el consenso de las fuerzas políticas". Además, lanza una advertencia: "Si los actuales líderes no son capaces de afrontar el reto, tendrán que ser sustituidos".