José Manuel García Margallo, exministro de Asuntos Exteriores y candidato del PP a las europeas ha sido el protagonista de la Entrevista Capital. En la tertulia han participado César Fernández, presidente de ISBIF, Instituto Superior de Bolsa Inversión y Finanzas; Carmen Morales, profesora del IE Business School y Fernando Zunzunegui, abogado y profesor
“Más Europa o menos Europa, pero no puede ser igual que ahora, tenemos que dar un salto adelante”. Para José Manuel García Margallo, exministro de Exteriores de España y candidato en la lista del PP a las elecciones europeas, el futuro debe ser la federalización y unos Estados Unidos de Europa.
Margallo cita la unión bancaria como el reto principal de las instituciones comunitarias, para poder poner en marcha un fondo de garantía de depósitos europeo y un mecanismo de resolución “auténticamente europeo”. “Mientras no exista, los bancos valdrán lo que valga su tesoro nacional”, advierte. En el plano económico, la productividad es el otro gran caballo de batalla y requerirá completar el mercado digital.
En segundo lugar pide por resolver las cuestiones migratorias y el asilo, donde será fundamental redefinir las relaciones con Turquía y Marruecos, algo complicado sin una política exterior común y con objetivos y estrategias claras: “Europa no tiene política exterior y sin ello es muy difícil contar en el mundo”. Algo que se refleja en el papel inexistente que está jugando la Unión Europea en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China o la falta de respuesta a la salida de Donald Trump del acuerdo nuclear con Irán.
La entrada del populismo en los parlamentos europeos no facilita las cosas. “Populismo, nacionalismo y xenofobia quieren decir ralentizar el proyecto europeo. Es una mala noticia pero tiene un buen aspecto, porque obliga a las fuerzas europeístas a unir esfuerzos”, explica el exministro.
Para ello, Margallo pide “poner la casa en orden” antes de seguir ampliado la UE, “federalizando el núcleo del euro” y creando círculos concéntricos en el proyecto europeo para adaptarnos a las necesidades y ritmos de crecimiento de cada región. Por otro lado, apuesta por un “régimen de partenariado” que otorgue una relación privilegiada para resolver problemas concretos con terceros países, como Turquía o los del Magreb, “la prioridad en política exterior”.