Anoche Johnson mandó una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidiendo a Bruselas que considerara una solución para evitar el famoso backstop.
El plan está incluido en el actual acuerdo de retirada con el que se pretende que la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda se mantenga abierta. Dice Boris Johnson que Reino Unido podría asegurar que no existe infraestructura en la frontera a través de la legislación y ha sugerido a la UE que haga lo mismo.
Johnson ha pedido a los Veintisiete, por primera vez oficialmente desde que está al frente del Gobierno, llegar a un acuerdo sobre el "brexit" que no contemple la polémica "salvaguarda" irlandesa, referida al tipo de frontera entre las dos Irlandas.
Ese mecanismo resultaría "inviable", "antidemocrático", entrañaría el riesgo de "socavar" el proceso de paz de Irlanda del Norte y sería "inconsistente" con la soberanía de este país, pues podría anclarlo de forma indefinida en la unión aduanera.
La carta propone reemplazar esa herramienta por otros "arreglos aduaneros alternativos" en la frontera de las dos Irlandas.
Johnson insistió en que espera que sus colegas en Bruselas se muestren ahora "receptivos" a sus nuevos argumentos. Y para convencerles de la inviabilidad de esa herramienta, el "premier" remarcó que encerraría a este país "potencialmente de forma indefinida en un tratado internacional que vincularía al Reino Unido con una unión aduanera”.
Y la respuesta de Europa ha llegado. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, asegura que la carta “no incluía ninguna alternativa realista” al backstop irlandés y que esa salvaguarda es un “seguro” para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda a menos que se encuentre otra alternativa.
Los contrarios al backstop señalan que no se están proponiendo alternativas realistas y que de hecho están apoyando el restablecimiento de una frontera. Incluso si no quieren admitirlo.
Natasha Bertaud, portavoz de la Comisión Europea, apunta a que el ejecutivo comunitario comparte la reacción de Tusk apunta a que desde la UE están preparados para trabajar de manera constructiva con el Reino Unido.
La Cámara de los Comunes ha rechazado tres veces el acuerdo del Brexit negociado entre Reino Unido y la Unión Europea y los parlamentarios apuntan a que el backstop es el principal obstáculo para los parlamentarios.