En Japón, el IPC sube un 0,7% en septiembre, el noveno mes consecutivo de avance. El índice mantiene la progresión iniciada en enero, cuando el IPC japonés experimentó su primer avance en 13 meses, aunque todavía está lejos del objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. El principal factor que ha contribuido al alza ha sido el precio del combustible, el agua y la luz, un 6% interanual, seguido un mes más por el aumento del coste de los cuidados médicos, del 1,8 por ciento.
El ministro de Economía japonés, Toshimitsu Motegi, ha confirmado que no hay cambios en la postura del gobierno después de anailzar los precios al consumidor, el producto interno bruto y varios indicadores para determinar si puede declarar el fin de la deflación.
En China, los beneficios industriales aumentan un 22,8% en China entre enero y septiembre. Las ganancias de las principales empresas industriales de China aceleran su ritmo de crecimiento en los nueve primeros meses del año. Solo en septiembre, los beneficios industriales registran un incremento interanual del 27,7%.
Por cierto, que la economía del gigante asiático ha recibido buenas críticas de Moody’s, que ha destacado la calidad del crecimiento de China y que el ritmo de su expansión impulsará la productividad en el país y reducirá su vulnerabilidad financiera. Pekín asegura que está en camino de cumplir su objetivo de PIB para 2020.
Aunque los miedos en el sector financiero siguen latentes. El Banco Central del país ha enviado varias consultas a bancos para evaluar la demanda del mercado de acuerdos de recompra inversa tras aumentar las preocupaciones sobre la liquidez en los mercados financieros.
El rendimiento de los bonos del tesoro a 10 años de China subió a su nivel más alto desde diciembre de 2014 a comienzos del día. El Banco Popular de China inyectó una red masiva de 840.000 millones de yuanes (126.70 mil millones de dólares) en los mercados monetarios del 17 al 24 de octubre, pero los operadores creen que fue una excepción durante el Congreso del Partido Comunista, y no un cambio en su política de ajuste.
En el apartado empresarial, dos nombres propios. El primero Subaru, que también falseó las inspecciones de sus vehículos. El fabricante japonés usó personal no cualificado para realizar las inspecciones de seguridad de unos 200.000 vehículos en su planta al norte de Tokio, según el diario Nikkei. Subaru, que descubrió esta práctica tras una inspección interna, decidirá junto a las autoridades niponas si es necesario hacer una llamada a revisión y hoy podría anunciar esta decisión. Esta práctica coincide con la del también fabricante japonés Nissan, que ya ha llamado a revisión a 1,2 millones de vehículos tras admitir irregularidades en las inspecciones de seguridad de algunos modelos. Según la agencia Kyodo, Subaru realiza inspecciones ilegales desde hace 30 años. Mientras que Nissan lo hace desde 1979, según Bloomberg.
El segundo protagonista del día es Baidu, que ofreció una perspectiva de ingresos decepcionante para el resto del año, culpando a las ventas de publicidad pérdidas durante el Congreso del Partido Comunista de este mes. Un aviso que ha llevado a sus acciones a caer hasta un 14% en el mercado fuera de hora.
El IPC en Japón sigue su escalada
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