El IPC, el Índice de Precios de Consumo en España, se ha disparado hasta el 9,8% en el dato adelantado del mes de marzo. Esta cifra es la más elevada desde 1985 y supone un avance de 2,2 puntos respecto al último dato de febrero cuando se situó en el 7,6%.
El repunte de los precios en las materias primas- con el alza del precio del petróleo disparado en los 127 dólares el barril de Brent en su pico más alto este mes-; el encarecimiento del consumo un 3% en el último mes o el precio de la electricidad- no hacen otra cosa que echar más leña al fuego a un escenario de precios ya casi inasumible.
El dato IPC adelantado de marzo en España se sitúa en el 9,8%, el más alto en 37 años. No obstante, los expertos creen que guarda mayor parecido con el de 1973.
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¿A quién beneficia y perjudica el anuncio de Sánchez para contener el precio de la luz?
Desde el Gobierno echan la culpa de este último dato de inflación en mayor parte a la guerra en Ucrania. En concreto, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, considera que en un 73 % se explica por el desbocado precio de la energía y los alimentos no elaborados, todo ello exacerbado por la guerra de Ucrania.
No obstante, Sánchez señala que el plan anunciado en la última sesión en el Consejo de Ministros para mitigar el impacto de la guerra en España ayudará a doblegar la curva de precios en los próximos meses.
Un plan de choque que recordemos alcanza la cuantía de 16.000 millones de euros e incluye medidas como la bonificación mínima de 20 céntimos por litro de combustible y un aumento del 15% del ingreso mínimo vital.
¿Por qué la situación no tiene nada que ver con la de 1985?
Un dato también comparable al de hace 37 años, en 1985, pero que no tienen nada que ver.
La principal diferencia es que en esta ocasión nos enfrentamos a una inflación de costes, antes no. En aquel entonces, España ni siquiera formaba parte de la UE y los tipos de interés se encontraban en el 14%.
En un intento de salir de ese desbocado panorama de precios, España se enfrentaba a la dimisión del entonces ministro de Economía, Miguel Boyer, y el único arma que tenía para luchar era la política monetaria española.
El escenario ahora es completamente diferente. Es más, de haber semejanzas estas se aparejan más con otra fecha para el economista, Miguel Córdoba: 1973.
Las similitudes entre la crisis del petróleo y el gas son evidentes para el economista. En ambos casos estaríamos hablando de un oligopolio al que pertenecen pocos países, aunque Córdoba tiene bastante claro lo que ocurrirá con el negocio y lo más importante, los precios del gas.
"A lo largo de este año tendrá que situarse en un precio de referencia par que al año que viene ya no haya inflación, por la parte del gas, porque habrá llegado al precio de mercado que le corresponde".
La forma de actuar, según el experto, sería tocando los tipos de interés por parte de los bancos centrales, aunque advierte de que, por mucho que se solucione el impacto en el precio del gas, tendremos segunda ronda de inflación cuando los precios de la energía terminen de trasladarse a toda la cadena de distribución y a las economías particulares.
Funcas advierte del daño en el poder adquisitivo de las familias
Desde Funcas calculan que la inflación actual merma el poder adquisitivo de los españoles hasta en 16.700 millones de euros. Escuchamos a Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas.
El organismo también recorta el crecimiento del PIB español en 1,4 puntos hasta el 4,2% para este año, al mismo tiempo que eleva su estimación de inflación media anual hasta el 6,8%.
Lo que deja entrever la inflación subyacente
Atención también a la inflación subyacente, que representa el 3,4% en el último dato, el más alto también desde 2008.
Esta parte precisamente es de la que costará más deshacerse una vez que los agentes de volatilidad, aquellos inesperados como la invasión Rusa en Ucrania, desaparezcan, según el vicerrector de la Universidad de Nebrija, Fernando Tomé.
"Cuando desaparezcan estos elementos inesperados, la inflación no volverá al nivel anterior. Lo que han crecido los precios de los bienes que no se ven afectados por esa volatilidad es mucho".
Es decir, no toda la inflación que tenemos tiene que ver con la guerra. Hay otros problemas en la economía que estarían provocando un alza en los precios de dos dígitos. Un hecho preocupante y que no supone buenas noticias para nadie.