Hombres de negro, agua fría y con barro... las claves económicas de la semana

Cerramos ya una semana, cumplimos un mes con esta sección en antena y tengo que arrancar con una mala noticia.

Es Paolo Gentiloni. Es la Comisión Europea echando un jarro de agua fría ya oficial a las previsiones de crecimiento del Gobierno. Sobre todo, a las bases de los PGE. El Gobierno de Sánchez contemplaba una crecimiento económico del 6,5%, la CE dice que España va a crecer un 4,6%.

Y vuelven los hombres de negro. Sí, vuelven. Y por los fondos europeos. Cada trimestre, representantes de la Comisión Europea, a partir de ya, vendrán a Madrid a tomar algo de sol (en Bruselas llueve mucho) y a ver qué se cuece en el cumplimiento de los hitos del plan de recuperación español tras la pandemia financiado con los fondos mancomunados del bloque.

Si lo ven oportuno, podrán pedir más reformas de las que ya tenemos.

Porque hasta 140.000 millones de euros (el dinero que nos corresponden del fondo NextGeneration EU) es mucho dinero y hay que controlarlo. Y porque España, lo decía la ministra de Asuntos Económicos, la todopoderosa (ya no tanto, aunque esta semana un poquito más) vicepresidenta primera, Nadia Calviño, el pasado lunes a su salida de la reunión del Eurogrupo, España será el primer país en presentar los papeles para que los primeros 10.000 millones lleguen antes de Año Nuevo.

En la cita se habló también del problema de la energía. La luz, que andamos esta semana sobre los 200 euros el megavatio hora, no conseguimos que baje. Algo se ha relajado por los precios, pero espérense que nos queda todavía culebrón porque Argelia (¿recuerdan?) La que nos suministra un cuarto de nuestro consumo, ha dicho que va a subir los precios y que quiere renegociar los megacontratos de 20.000 millones con Naturgy.

Pero oye, que el diagnóstico de los líderes políticos europeos es que esto es complicado.

Y el mensaje que no nos falta. Sánchez: la factura de la luz en diciembre (nos quedan dos semanas) será la misma en 2021 que en 2018 (descontada la inflación).

Pero es que esta semana se sube la apuesta: y además, en 2023, España será el país con los precios más baratos de toda Europa.

Una cosa de locos. Y aquí está, al parecer, el problema. Los sindicatos dicen que el sistema de RED, el que el Gobierno quiere que regule los ERTE a partir de ahora, no es lo que pactaron con Trabajo y que se nota en esto la mano de Calviño. Y la patronal, dice, sin embargo, que le extraña mucho que la vicepresidenta primera haya escrito esto.

Intervencionismo del mercado laboral. Pero… ¿por qué? El nuevo documento planeta una regulación PERMANENTE de los Expedientes Temporales del Regulación de Empleo para los que se establecen tres modalidades, vinculadas a la formación y la recolocación de los trabajadores en otras empresas.

El Gobierno apuesta por mantener los ERTE por fuerza mayor en términos similares los que se han aplicado durante la pandemia. Pero incluye además otros dos nuevos tipos bajo el bautizado como Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo y que se bautiza como los estructurales y los cíclicas. Para los tres casos se establece que la reducción de jornada oscilará entre el 10% y el 75% del total.

El esquema diseñado para causas estructurales se activaría para hacer frente a cambios que tengan que ver con la introducción de nuevos métodos de producción y que generen situaciones en las que mantener a la plantilla lleve a la empresa a una pérdida de competitividad. Y aquí está el problema. Y