Islandia vuelve a ser protagonista por una erupción volcánica. La última es de hace tan solo unos días y se ha producido a unos tres kilómetros al noreste de la ciudad de Grindavik, un pequeño municipio pesquero situado a apenas 60 kilómetros de Reikiavik, la capital del país.
Pero más allá de la geografía, ahora todos los ojos se posan en las consecuencias económicas: Los expertos alertan que si las erupciones que entran en territorio marítimo tienen probabilidades de convertirse en explosivas y generar cenizas, que podría detener el tráfico aéreo.
Aunque, eso sí, no sería la única consecuencia que tenemos sobre la mesa: también podría afectar a su sector turístico.
Escuche el Podcast completo:
Hoy ponemos el foco en la nueva erupción del volcán en Islandia y en cómo puede afectar al mercado aéreo y a su economía, sobre todo si nos basamos en qué ha sucedido a lo largo de su historia.
La actividad sísmica ya alertaba de la erupción
Y aunque este volcán haya ocupado portadas a lo largo y ancho del mundo... lo cierto es que era algo que lo expertos ya alertaban.
Desde finales de octubre, la zona ya registraba una intensa actividad sísmica, todo un indicativo de erupción, sobre todo si hablamos de un país que cuenta con unos 200 volcanes activos, 30 sistemas volcánicos y más de 600 fuentes termales. Una región que es, en consecuencia, uno de los lugares geológicos más activos de la Tierra.
¿Hasta dónde podrían llegar entonces las consecuencias de esta nueva erupción volcánica?
Para analizarlas, tenemos que remontarnos al pasado. Y es que con toda la actividad geológica que registra Islandia, no es de extrañar que esta última erupción no haya sido la primera y que se prevea que tampoco será la última.
Otro de los momentos clave para el país y el tráfico aéreo mundial tenía lugar en el año 2010. En ese momento era un volcán de la parte sur del país el que entraba en erupción. Tanta era la columna de ceniza que el tráfico aéreo se alteraba hasta causar un gran caos, una situación que por aquel entonces no habíamos vuelto a ver desde los atentados del 11-S.
A partir de entonces, la regulación aérea cambiaba y a día de hoy, es bastante menos probable que se produzca algo similar. De hecho, a día de hoy, el tráfico continúa abierto y funciona con normalidad.
¿Cuál es el miedo entonces? Pese a que las erupciones volcánicas no son algo inédito en el país, desde 1973 no ha habido un evento volcánico que amenace a áreas habitadas. Y es que ese año la lava llegaba a enterrar una parte de una ciudad de 5.000 personas en las Islas Westman. Tal es la amenaza que, en el caso actual, la localidad de Grindavík continuará evacuada hasta mínimo, el próximo 28 de diciembre.
Movimientos discretos de mercado y menores predicciones de crecimiento
Por el momento, sabemos que el movimiento en el mercado divisas ha sido discreta y la corona de Islandia se ha movido poco. De hecho, su principal índice bursátil, el ICEX, se ha elevado en la última semana. Con más o menos retos por delante en esta hazaña volcánica, lo cierto es que ya hace unas semanas la agencia estadística de Islandia se pronunciaba: Revisaba a la baja el pronóstico de crecimiento para el país en 2023 y 2024 ante los mayores riesgos que conllevaría una, entonces solo posible, erupción volcánica.
Qué esperar
Con mayores o menores problemas por el momento, los augurios geológicos se han cumplido y la erupción volcánica ha llegado a las vidas de los islandeses aunque eso sí, parece que, tras 4 días desde el comienzo de erupción, la potencia del volcán continua disminuyendo.
¿Cabe entonces preguntarse ahora si los pronósticos de recorte de los analistas se cumplirán? Tendremos que seguir, muy de cerca, hasta dónde llega esa lava volcánica.